martes, 30 de octubre de 2012

¿Un mundo anti niños?

Serà que la ciencia logra cual “oveja Dolly” clonar adultos que lleguen al mundo sin pasar la etapa de la niñez y adolescencia??? Porque ya casi nadie soporta a los niños, lastimosamente padres incluidos, el mundo parece desear niños tranquilos, obedientes, educados, de hablar pausado y timbre de voz audible y adaptado al oìdo del adulto de turno.


En algunos locales exhiben carteles de forma discriminatoria: “No Se Permiten Niños”, no me permito hacer la odiosa comparación con los carteles de “No Se Permiten Animales”, porque estarìa segregando tambièn. Escucho amigas quejarse del estrés que supone realizar con sus niños viajes largos en aviòn, o quedarse en un hotel y que el pequeño llore, de la ansiedad de tener que tranquilizar a un niño so pena de ser victima de la inquisición moderna de un grupo de “adultos” que no soportan una voz/grito infantil. Pero….en este mundo anti-niños, nadie o pocas personas alzan la voz ante un vecino escandaloso que no deja dormir a altas horas de la noche o ante un grupo de “ciudadanos libres en todo su derecho” cuando en algún sitio publico vociferan de tal manera que es prácticamente imposible escuchar a tu interlocutor.
¿¿Que està pasando que los niños han perdido espacio??


¿Màs nunca la infancia va a ser vista como esa hermosa etapa de total despreocupación, donde nos sabemos merecedores del amor total del mundo?
Se habla tan tranquilamente de la “nalgada a tiempo”, del ya casi clásico “rincón de pensar”, las madres entramos en la lucha de “el mìo al año ya no usaba pañales”, “al mìo lo dejo con cualquiera, y no llora”. Pues mi nena a sus 4 añitos aùn usaba pañales y de 1 y 2 años no se quedaba con cualquiera, miren que le he tenido que “vender” a la vecina que me la cuidaba para que se quedara con ella y poder asistir como Doula a los partos.
Para mi tranquilidad, ella es calmada, la puedo llevar conmigo a donde quiera y siempre me va “dejar bien”…suena hasta còmico, y hasta me “abre las puertas” para que me atiendan màs ràpido y mejor a los sitios donde vamos…... O es por mi belleza…..o es por la de ella……. :))
No nos dejemos subyugar por quien pretende hacernos “recapacitar” sobre nuestra amorosa y respetuosa manera de llevar a nuestros pequeños.
No crean, a mi me ha tocado mi parte en este mundo a todas luces anti-niños, siempre trato de llevarlo con humor, porque para que me pongo al mismo nivel de mi atacante, si en 5 minutos no voy hacerle entender que mi hija podía llorar por tener hambre, frìo, calor, sueño, sed, fastidio …..o cualquier cosa que la “naturaleza adulta” no va entender, porque esa capacidad de colocarnos 1 minuto en el zapato del prójimo la hemos perdido en el camino, y nuestro niño herido sigue reclamando a viva voz que quiere ser amado, pero yo no tengo tiempo de detenerme a darle un abrazo, porque debo atender a mi hija, para que mañana no sea “dedo acusador” de un dèbil niño víctima de la circunstancia, ademàs mi abrazo puede ser visto con connotaciones equivocadas…. :))
No es fácil, pero SÌ podemos elegir el camino del respeto y consideración para con los pequeños, ellos aprenden de nosotros, siguen nuestros pasos, somos sus primeros maestros.
Nuestra hija acaba de cumplir 5 años, y de verdad es un nena muy cariñosa y empática, a su edad entiende mucho y es más fácil el día a día. No heredemos a nuestrosos hijos aquellas prácticas que sólo logran amargar la infancia y crianza de la familia.  Hoy día hay excelente información que va de la mano con el respeto hacia los niños.  Por favor consideremos a nuestros hijos como seres únicos y respetemos sus tiempos y necesidades. Les aseguro que un día empezarán a sorprenderles y les devolverán todo el amor, tiempos y cuidados que les han dado y el cansancio irá dando paso a una relación más fluida y equilibrada.Tenganles mucha paciencia, el amor no daña a nadie, menos a un niño. Denles sus brazos cuando tengan berrinches, pongan palabras a sus rabietas, despues de los tres años van entendiendo mejor y luego les sorprenderán cuando sus hijos los consuelen como ustedes han hecho con ellos, mi nena nos pasa las manos, nos acaricia y nos dice que todo va estar bien. Que son 3 años de paciencia frente a todo lo que tienen por delante? A mí me lo decían y era incrédula hasta que ella empezó a devolver una a una las caricias nuestras.
Ya lo dice mi pediatra favorito, el Doctor español Carlos Gonzàlez:
"Los días más felices de nuestra infancia son aquellos en que nuestros padres (o nuestros abuelos, hermanos o amigos) nos hicieron felices. Incluso cuando nos parece que nos hizo feliz un tren eléctrico, si miramos mejor siempre hay personas detrás: los padres que nos lo entregaron con una sonrisa o con un elogio....
Miramos a nuestros hijos y nos preguntamos qué día, qué frase, qué aventura quedarán grabadas en su memoria para siempre; qué dolores quedarán clavados en su alma y qué alegrías guardará como un tesoro.
Los días más felices de su hijo están por venir. Dependen de usted".

martes, 16 de octubre de 2012

¡¡¡¡¡¡¡No llores que eres grande!!!!!!!

Cuando nace un bebè, el entorno se mueve, hay una maravillosa energìa en el ambiente familiar, incluso nos reencontramos con personas y familiares a quienes tenìamos tiempo sin ver. Todo es alegrìa y el olor a bebè lo impregna todo, su llanto nos conmueve y su primera sonrisa nos alienta en el cansancio de los primeros meses. Nuestro bebè, ese bultito hermoso va creciendo y en un par de años ya es un niño que corre, grita, hace pataletas y con la misma nos regala sonoras carcajadas y abrazos acompañados de unos “te quiero” que derriten a cualquiera.
Con asombro miro muchas veces como los padres dan lo mejor a sus hijos esos primeros años, pero luego van cediendo al peso de la sociedad y lo establecido como "norma" y erradamente creemos que :
Los niños no deben llorar porque ya no son bebès.
Los niños no deben ser consolados si se caen o golpean o si estàn asustados porque "ya son grandes" y los obligamos a calmarse dentro de la soledad de su habitaciòn o con nosotros a su lado increpàndole que "ya eres grande para llorar"
Lo ùnico que lograremos con esto serà tener un niño asustado, que aunque logre "calmar" exteriormente sus emociones no sabrà canalizarlas ni gestionarlas, no sabrà dar un nombre a su susto o a una pesadilla y acabarà por no confiar en sus mayores aparte de hacer de su infancia un lugar poco agradable para crecer.
No es tan difícil ayudarles, si un niño se cae y llora
podemos abrazarle, estar con el aùn en silencio, si un niño llora, tenga, dos, tres o màs años, ¿que nos cuesta acompañarle?, ¿que tanto nos cuesta hablarle y consolarle?
Negarle a un niño la posibilidad de desahogar su enojo, frustración o dolor mediante el llanto es crear un ser que no se permitirá expresar sus emociones en la vida adulta o tirar hacia el lado de siempre inconscientemente querer dar làstima para lograr un poco de amor y atenciòn. El llanto no debe ser mal visto, el llanto permite el alivio de un malestar y en el caso de un niño bien vale que se le acompañe o deje solo si  lo pide.
En el respeto que debemos a los niños, ese mismo respeto que queremos infundirle para el dìa de mañana debe comenzar en casa y no reírnos o hacer caso omiso “para que aprendan” porque lo único que aprenderán es a quedarse con el miedo dentro de ellos y a desconfiar de principio de los seres que aman, muchas veces los padres actuamos en consecuencia de ignorar sin querer la verdadera conducta de los niños y pensamos que nos manipulan cuando en realidad no es así, como dice Laura Gutman, nadie pide lo que no necesita.
Por otro lado pedir a un niño que pare de llorar puede incluso a mi modo de ver enseñarlo a mentir, y mentir sobre su propio sentir y a empezar a auto engañarse para complacer a sus padres y ganar el “privilegio” de la aprobación a costa de ocultar lo que siente realmente.
No enseñemos a nuestros niños a negar sus emociones, a esconderse en un muro de falsa valentía, enseñèmosle que son dignos de nuestro amor, ellos aprenden amar desde las experiencias que les proporcionamos, si esas experiencias están cargadas de amor, soporte y entendimiento ya les estamos allanando el camino de la vida porque les afirmaremos la seguridad en sì mismos desde la necesidad de protección que como padres debemos prodigarles y le daremos un suelo y una base firme para su independencia en la vida sin llevar cargas emocionales encima.

lunes, 1 de octubre de 2012

¿De verdad no afecta?


Cuántos de nosotros hemos escuchado frases como: A mi me pegaron de pequeño y mírame, de no ser por esos azotes “no serviría para nada”. Y observo a la gente en la calle, en los sitios donde voy y se ve, se nota la violencia generalizada lo demostremos o no. Personas que EXIGEN ser atendidas de primera así lleguen de última, que quieren pasar por encima de los demás sin importar a quien se llevan por delante, personas que destruyen de a poco o vertiginosamente su cuerpo con el alcohol, el cigarro, las drogas y otras tantas afecciones del mundo incluyendo la excesiva dependencia a la pareja y al materialismo, sin embargo la frase “mírame, soy normal” se escucha siempre. Y seguimos por la vida criando con azotes “para que se enderece” e ignorando los berrinches de los niños para que dejen de “hacernos quedar mal delante de los demás”, porque nos interesa más el “que dirán de” a lo que siente nuestro pequeño en determinado momento. Y no se trata de perfección, se trata de amar a nuestros hijos y dar lo mejor que tengamos así nosotros hayamos recibido otro tipo de crianza, nuestros padres hicieron lo que pudieron en un momento que no había acceso a ningún tipo de información, era raro encontrar quien hiciera las cosas diferentes.

Pero hoy día tenemos mucha información a la mano y podemos contrastar, buscar, opinar, dialogar, preguntar. Porque sí, afecta y mucho la manera como somos tratados en nuestro hogar, donde debe haber cabida para todos como grupo familiar y donde debemos ser un fuerte pero de amor, donde es válido pedir, donde es válido llorar y sentirse mal por parte de los padres o los hijos, porque el niño irá creciendo y formando su personalidad de acuerdo a las vivencias de quienes le rodean. Un niño aprenderá a esperar cuando esté preparado para hacerlo, no se puede forzar a que espere sólo por el simple hecho de cumplir una cuota más en su formación, sencillamente hay aspectos que se dan solos y dependen de la maduración de cada ser humano y no que se tire de él como si de agilizar un trámite se trata, porque sino porque tantos “adultos” impacientes? (empezando por mí) Repito como siempre, no se trata de un hogar anárquico, se trata de un hogar donde todos tengamos voz, voto y opinión y se pueda llegar a un acuerdo justo. Igual sucede con los “buenos modales”, tan aprensivos que somos enseñándoles a decir “buenos días” “por favor”, “gracias”, etc. y nos olvidamos que ellos van detrás de nosotros imitando nuestro comportamiento y toleramos más un “adulto” que olvida dar las gracias que un niño que arranca a correr emocionado con una galleta que le ha dado alguien y ya pierde dicha galleta el sabor de la infancia cuando nos hacen devolver para dar las gracias queramos hacerlo o no, y así vamos dejando atrás el aroma a inocencia pendientes siempre de ser merecedores de escuchar “lo bueno que somos” hasta que un día nos miramos al espejo cansados, con un cuerpo con una o varias enfermedades y hastiados de complacer equivocadamente a la tía, al vecino, a mamá, a papá para pasar a complacer al esposo, a la suegra, al vecino tan cansado como nosotros, pero seguimos diciendo: mírame, a mí me azotaron y aquí estoy, soy persona de bien”

Un amigo hizo en su Facebook la pregunta si el amor cura, todos estuvieron de acuerdo que sí, que cura, yo respondí que “El amor no sólo cura, también PREVIENE. Los niños emocionalmente sanos que han crecido en un entorno amable de seguro serán adultos más saludables”
Es prioridad dejar de heredar mitos y creencias en torno a la crianza porque no le hacemos ningún bien a nuestra cría ni a su futuro. Un niño que ha crecido en un entorno saludable y amable tendrá toda una gama de posibilidades para desarrollarse como un ser humano consciente de si mismo y tendrá la capacidad de ser afín con sus semejantes.
Pero la lucha es férrea, hay gente hermosa aportando su granito de arena, dentro y fuera de la red, robándose un poco de su tiempo a ellos mismos, a sus hijos y su vida privada con el único fin de dar a conocer a padres, madres y sociedad en general la posibilidad de otra forma de criar con el respeto, amor y consideración que merece la infancia.
Ningún niño va a llorar o “pedir atención” por fastidiar o molestar, en la medida que se sientan amados, contenidos y protegidos irán creciendo seguros y con suficiente confianza hasta ir madurando todos y cada uno de los aspectos que completaran su crecer.
Todos los niños llegarán al mismo sitio (dormir toda la noche, control de esfínteres, y un largo etc.), independiente de cómo se les críe, la diferencia es que un niño guiado de la mano del amor, la paciencia y la tolerancia dará al mundo lo mejor de sí sin tantos fantasmas y miedos en su interior