jueves, 30 de mayo de 2013

Entrevista a Laura Gutman.



“Todos somos adultos reclamando a mamá"

IMA SANCHÍS - 08/05/2007

49 años. Nací y vivo en Buenos Aires. Tengo dos hijos de mi primer matrimonio, mi marido tiene tres y hay uno en común. Soy directora de Crianza, una institución que es una escuela de capacitación profesional y un lugar de asistencia para madres y padres. Creo en el ser esencial que hay dentro de cada uno de nosotros
- ¿Cuál es la parte oscura de la maternidad?
- Cuando fuimos bebés, nuestra madre nos acunó más o menos, se dedicó a nosotros o nos abandonó más o menos. Esa vivencia olvidada de amparo o desamparo está en nuestro inconsciente y aflora, sin que nosotros seamos conscientes, cuando nace nuestro hijo.
- ¿Y lo amamos pero nos agobiamos?
- La dificultad que tienen las madres está más relacionada con esas manifestaciones del niño análogas a nuestro mundo sombrío que con la dificultad real de los cuidados.

- Los niños a veces te sacan de quicio.
- Hoy las mujeres tenemos puesta la identidad en el mundo del trabajo, de la realización personal y la autonomía; y la maternidad es todo lo contrario, nos quita toda autonomía y toda libertad personal. Esa contradicción nos produce un gran sufrimiento.

- ¿Eso es así hasta cuándo?
- Un bebé depende absolutamente de un adulto, incluso para moverse, durante 9 meses. Pero en realidad la dependencia es para siempre, porque cuanto más abandonado emocionalmente ha estado un niño, más requerirá y más desesperado estará de llenarse de mamá. De hecho, todos somos adultos reclamando lo que no obtuvimos.

- ¿Hasta qué punto?
- Nos pasamos la vida tratando de obtener lo que no obtuvimos en nuestra infancia ejerciendo violencia activa, pasiva y agarrándonos a adicciones que no son más que la desesperada necesidad de llenarnos de mamá y que hemos desplazado al tabaco, el alcohol, el dinero, las drogas, el trabajo, la violencia.

- ¿Cómo solucionarlo?
- Hay que saber qué clase de niños somos, cuán carentes estamos y cuánta importancia seguimos dando a nuestras propias necesidades, esas que entran en conflicto con las del niño y que nos hacen desear que se porte como un adulto. Desde la propia carencia instituimos todo el arco teórico con respecto a lo que el niño debe y no debe ser.

- Los padres se preocupan cada vez más de sus hijos y los hijos cada vez demandan más.
- Nuestras abuelas tenían puesta la identidad en la maternidad y no sufrían esa lucha interna. Hoy las demandas genuinas del niño entran en guerra con nuestras propias necesidades e intereses personales. Desde ese lugar pareciera que demandan más, pero en realidad tienen muy poca mamá.

- Pues mala solución tiene.
- La solución es revisar qué estamos ofreciendo de verdad y qué no y, en la medida en que nos damos cuenta de nuestras propias carencias, ver cómo podemos solucionar las del niño. La ciudad y la familia nuclear - papá, mamá e hijo- es el peor sistema para criar un niño, las mujeres no tenemos las espaldas cubiertas para hacerlo.

- ¿A qué se refiere?
- Pedimos demasiado a los varones, que son personas tan carenciadas como nosotras. No tenemos familia extendida, tribu, aldea, pueblo, que tradicionalmente se repartían esas demandas de los niños.

- ¿Entonces?
- Debemos inventar nuevas redes de mujeres, y la figura de la doula es para mí la profesión del futuro. La doula, que sabe de esa parte oscura, acompaña a la mujer durante el parto y también durante el puerperio.

- Eso son sólo cuarenta días.
- El tiempo de fusión emocional entre la madre y el niño es de dos años. Durante ese tiempo las madres se vuelven más torpes en el terreno intelectual y mental pero ganan lucidez emocional, aparecen las vivencias que tuvimos en nuestra infancia, intuiciones y percepciones contra las que solemos luchar.

- ¿La depresión posparto tiene que ver con esa parte oscura?
- Sí, con cuánto me dejó llorar mi madre, me pegó o me abandonó emocionalmente. Todo eso fue a parar al inconsciente y ahora que devengo madre aparece en forma de sentimientos confusos a los que, como son aterradores, intento dar alguna explicación y, como no la hay, aparece la depresión. Podré tapar y tapar, pero ante cada crisis vital volverán a surgir mis carencias.

- Entonces es una cadena.
- Sí, genealógica, hasta que una mujer valiente pone conciencia y rompe la cadena y aprende de sus propias carencias para no carenciar a su hijo. Porque, si no, es tal la vivencia de vacío que las madres rechazamos al niño para no sentir el vacío y el frío de la ausencia de contacto que nosotras vivimos.

- Muchas parejas se rompen cuando aparece el bebé.
- Cuando uno ha vivido historias de mucho amor, hay sitio para todos, y cuando uno ha vivido historias de desamparo, hay lugar para poquito. Pero hay otra cosa que sí sucede y de la que no se habla.

- Cuéntenos.
- Cuando una madre está criando, tiene toda su sexualidad puesta al servicio del bebé y no hay sexualidad disponible para el varón. En esos momentos críticos el varón no se siente amado y la mujer cree que ya no lo ama. No es verdad. El hombre puede vincularse a través del sostén y el amparo y estar masculinamente activo en el acto de cuidar.

- ¿Y si el padre está ausente?
- El gran problema es cuando hay un padre que está pero que no está realmente involucrado emocionalmente, porque la madre va a reclamar y no va a obtener. Sin embargo, cuando la madre está criando sola, pide ayuda.

- En todo caso, ser madre se complica.
- Tanto, que la sociedad va a tener que implicarse, porque todo bebé necesita una madre que esté amparada por muchas instancias. Tenemos que volver a inventar la tribu.

MUY ADENTRO
Por primera vez alguien me habla del lado oscuro de la maternidad, de cómo las necesidades impostergables del niño (amor, brazos, paciencia, cuerpo, mirada, comprensión, sostén) nos desbordan, de cómo afloran todas nuestras carencias infantiles y de cómo podemos enfrentarlas. Ha venido a dar una conferencia para Mares Doules y tiene publicados tres libros muy interesantes con Integral: “La maternidad y el encuentro con la propia sombra”, “Puerperios y otras exploraciones del alma femenina” y “Crianza, violencias invisibles y adicciones”. Analiza también el papel del varón y, en realidad, de la marcha del mundo, ya que para Gutman en la mayoría de nosotros habita un niño que sigue buscando afecto, a veces de forma brutal, sin ser capaz de reconocerlo.
Entrevista en La Vanguardia

miércoles, 29 de mayo de 2013

¿Niños tremendos?

No por mucho tirar de una hoja en el jardín la planta crece màs rápido, en su lugar se rompe o resquebraja, igual sucede con los niños, si halamos de su infancia para que crezcan màs rápido, ellos se rompen, se rompe su alma, su inocencia y se les va a ser difícil, muy difícil juntar las piezas que están allì y llegan fracturados emocionalmente a la edad adulta.
Porquè se nos hace tan difícil dejar que un niño brinque, que se ensucie, que explore, que pregunte, que hable, que cuestione, porquè les obligamos a crecer incluso en la vida uterina usando hasta aparatos para estimularlos,
PORQUÈ???? No les dejamos brincar, jugar, ensuciarse, màs peligroso que un niño sucio por jugar es un grIto, un golpe y cuestionarle siempre su comportamiento.
PORQUÈ???? No les dejamos vivir sus fantasìas y nos preocupamos por los amigos imaginarios, porque ladran como perritos o baten sus brazos como pajaritos en vuelo???
Los niños si les damos su tiempo y espacio ellos mismos nos van sorprendiendo, por supuesto que podemos guiarles, acompañarles y en ocasiones enseñarles el camino, pero sin tirar de ellos, sin golpes ni gritos o insultos, menos las odiosas comparaciones.
Si por alguna razón tenemos un “inquieto” o “tremendo” niño, aùn es tiempo, tiempo de acunarlo (si, leyò bien, no ponga esa cara, escribì acunar) para encontrar el punto donde se quebrò la infancia y de allì volver a zarpar en la hermosa aventura de criar un hijo.
¿Còmo?
Hàgase la auto voluntad de no volver a gritar a diario a su hijo si hasta hoy no le ha dado resultado, a medida que crezca menos, auto impóngase por el bien del futuro de su hijo y su bienestar emocional no volver a gritarle.
Empiece abrazarlo màs, a subirlo a sus piernas, a decirle cuento le ama y lo feliz que le hace, hágale sentir importante y querido.
Compartan en casa momentos juntos, invítele si quiere “ayudarle” a preparar la comida o un postre, regalense ese momento juntos. Mi nena de 5 años nos “ayuda” a limpiar y cocinar aunque eso nos suponga màs tiempo en el oficio.
Siembren y cuiden juntos un jardín o una planta si viven en sitios pequeños, a medida que la planta crezca se irà fortaleciendo la unión de su hijo para con usted, pero haganlo con cariño, hacerlo por hacerlo no funciona bien.
 Comience a relajarse en la educación e su hijo, no por mucho exigirle va a ser una persona exitosa y si consigue éxito bajo la presión de tantos años llevarà consigo la imposición que nada bien le hará.
Su hijo tiene un Don???, canta??? Baila???? Pinta???? Actua???? Deje que lo descubra el mismo, de su guía, pero sin apuros ni exigencias, la vida es corta y la infancia aùn màs, hay niños de menos de 5 años sobre exigidos por tener una gracia o habilidad y llegan incluso a explotarlos.
Por favor no use la violencia fìsica para reprender a su hijo, tendrà un niño obediente pero asustado o un niño cuya alma se rebelarà en su contra (de usted, del mundo y de èl mismo).
Compre kilos de paciencia...¿Donde? En el supermercado de la primera mirada en exclusiva o esa primera sonrisa que su hijo le dedicò a usted
No tengan a los niños todo el día dentro de casa, en la medida de lo posible .sacarlos a caminar, al parque, ellos deben drenar toda la energía acumulada.
Por favor si los llevan al parque dejen que se ensucien y no dirijan sus juegos, cuídenlos pero sin estar encima de ellos.
Los niños no necesitan màs lìmites que aquellos que podamos poner para cuidar su integridad fìsica mientras son pequeños. Criar con amor no es "malcriar", mal-criar es abandonar emocionalmente, es no mirarlos desde su altura, no escucharles ni comprenderles. Los lìmites de un niño deben ser un abrazo, mirada, comprensiòn......... ellos estàn descubriendo el mundo, seamos su mejor ejemplo, su guìa, no sus carceleros, porque no dejarlos ser, no dejarlos explorar como lo pide su alma porque encerrarles su creatividad y no dejarlos fluir.
Para conseguir de su hijo "lo mejor" no es necesario gritarle, ni pegar, ni amenazar, tenemos el diàlogo del dìa a dìa , nuestro ejemplo de como llevamos la vida y tratamos a los demàs incluyendolo a èl, y saber y comprender que los niños en mayor o menor grado piden atenciòn, cariño (muchos son "desobedientes" para captar la atenciòn de sus padres asì sea a travès del castigo), los niños necesitan nuestra compañìa màs allà de la televisiòn y de los aparatos electrònicos, ellos necesitan ir al parque, al mar, la montaña, estos sitios les ayudan a drenar su energìa y por ende los armonizan, les tranquiliza mucho llevarlos en la tarde a caminar sean bebès o niños grandecitos, les ayuda en ese caminar dejarles explorar, ver, sentir, recoger hojas,  y regresan a casa màs contentos (aunque a veces no quieran regresar de lo bien que la pasan :)) necesitan a sus padres jugando con ellos, compartiendo, leyendoles........... AMANDOLES!!!!!!!!!!

PRUEBA

Prueba

sábado, 25 de mayo de 2013

"Silencio. Mujer pariendo, bebé naciendo".


Hermosa tribu, en esta semana quiero compartirles algo, gracias por el espacio! les dejo una fotito nuestra, el primer dia que nos conocimos
“Silencio. Mujer pariendo, bebé naciendo”

Lucía Yanina, una mamá del grupo de facebook nos comparte estas líneas y la foto de su momento: 

Semana mundial del parto respetado...durante el trabajo de parto y alumbramiento, nosotras necesitamos estar acompañadas, apoyadas, sentir calor y amor, no tiene que haber lugar para el miedo, el terror, la soledad!! Si nuevamente algun diá tengo que pasar por esa maravillosa experiencia, quiero que asi sea, rodeada de mi marido, mi hijo, musica suave, no sentirme sola...llorar desconsoladamente, somos animales, necesitamos estar rodeadas de AMOR y RESPETO! Es antinatural parir en una habitación fria, con gente que jamás vimos, con mujeres sin sentimientos mirandote en tu acto de traer vida, con cara de indiferencia, sin conmoverse al ver tu llanto de felicidad, a sentir a tu marido cerca y cuando debe irse inundarte de terror sola...con tu bebé recien nacido, sentir el llanto de bebés ajenos, ese llanto triste...enfermeras y neos que te restringen el contacto piel a piel con TU hij@, no quiero pasar nunca mas un evento tan feliz...SOLA! Aunque de sentimiento siempre senti un lazo enorme, pero no hay nada mas hermoso que un gran abrazo y beso de tu marido junto a tu recien nacido...ese evento me hiso por lo menos, armarme de valor y tratar de cerrar los ojos, y decirme...ya pasara, me queda la vida entera para disfrutarlos...

martes, 21 de mayo de 2013

Hermosa lactancia...


la 
Relato de Luciana:
Quería compartir con ustedes esta imagen con ustedes, es mi hija Alma, actualmente tiene 6 meses, nació por cesárea con 41 semanas de gestación, siempre sostuve que ella no estaba preparada, pero bueno, desde antes de su primer hora de vida es lactante y hasta el día de hoy ella se aferra a mi cuerpo de esa forma, esta en paz, se siente cuidada, siente amor.. no sólo alimenta la lactancia sino nos une y mantiene unidas como solíamos estar cuando ella estaba en la panza... Quería compartir con ustedes la foto y que vean como les da seguridad y los llena de amor la lactancia para todas las madres que siguen este hermoso camino de lactancia!
Luciana López.

lunes, 20 de mayo de 2013

Niños que chupan su dedo...

La necesidad de succión en la etapa oral de los niños es muy fuerte, es instintiva, es menester  de los padres ayudarle en esta y otras etapas a transitarla  de la manera más natural respetando  el ritmo del niño en crecimiento. Una mamá del grupo de crianza hizo esta consulta, sobre su nena de 4 años que todavía se chupaba el dedito, les dejo la respuesta de Leticia López: 


"No hagan nada. Respeten esa necesidad, que es una reminiscencia de la lactancia. Sus peques quieren sentirlas a ustedes. Las añoran. Lo sé porque yo me chupe el dedo hasta muy grande y recuerdo claramente qué me motivaba a hacerlo. Ahora que soy madre entiendo que en pocas palabras, lo que yo sentía y me llevaba a chuparme el dedo irrefrenablemente era que yo quería sentir a mi mamá. 
 Así como no deben permitir que nadie les diga nada hiriente por chuparse el dedo, Paciencia y amor. Aún si no hubieran dado pecho, ustedes sostenían en brazos a sus nenes cuando se alimentaban. ESO es lo que necesitan y buscan cuando se chupan el dedo, autoapapacharse, relajarse, contenerse, sentirse bien. Hasta que sacien esa necesidad no dejarán de hacerlo y cortarlo es no respetar esa etapa. Sugiero que cuando vean a sus hijos chuparse el dedo, los abracen y contengan, y dejen que les encajen la nariz para olerlas, escucharlas hablar con la oreja pegada a ustedes, sin nada más. Entonces estarán atendiendo lo que en realidad necesitan y poco a poco dejarán de chuparse el dedo para saciar su necesidad de mamá CON MAMÁ. ¿o a poco creen que porque ya caminan han superado todo vínculo y dependencia con la mamá? eso toma muuuucho tiempo. Besos y suerte."

sábado, 18 de mayo de 2013

Amor de Padre!!!!!!!!!!!!!!!!!!


Los hombres, la gran mayorìa son criados “para ser machos”, y no expresar sus emociones. Hoy dìa esta manera de pensar està cambiando, hay muchos padres, incluyendo al de mi hija, a pesar de haber crecido reprimiendo sus emociones apuestan por una infancia feliz para sus hijos. Y no hay nada màs hermoso que ver a un hombre compartiendo con su hijo, yo me embeleso observando a mi hijita de 5 años jugar con su padre, èl tiene màs capacidad de imaginación que yo, mirarlos en el suelo jugando, riendo, inventando cuentos. La nena sale con èl desde que cumpliò 6 meses, y podìa llevarle agua, jugos naturales, manzana. Al principio eran salidas cortas, la llevaba en su cangurito/portabebè, a medida que ella crecìa, se fueron alargando, y hoy dìa hasta van a Ferias de Libros, y ella viene orgullosa a mostrarme sus cuentos. Querer es poder, la infancia de los niños es una sola y el tiempo corre inexorablemente, se escapa de nuestras manos y de a poco “nos roba” a nuestros pequeños.
Siempre llama la atención de la gente ver a un hombre con sus pequeños, compartiendo, jugando, mostrándoles el mundo, ahora son màs abiertos que antes a expresarse emocionalmente, a hacerle saber a sus hijos que son amados.

Las Madres debemos poner de nuestra parte para permitir a los padres involucrarse con sus hijos, a la hora del baño, de la comida, del juego, no dictar órdenes, porque los Padres tambièn necesitan aprender, y pueden perfectamente “sobrevivir” a un cambio de pañal.
Los hombres, los papàs tambièn sienten a sus hijos, los aman, pero aùn existe el temor de “malcriar”, sobre todo si sus retoños son varones, a ellos les digo que disfruten a sus hijos, tengan la edad que tengan, siempre hay algo para hacer y compartir, sean padres amorosos y comprensivos, entiendan a los niños pequeños que con su llanto no nos manipulan, sòlo expresan su sentir, y si esta en tus manos complacerlo, pues adelante, sòlo puedes conseguir un pequeño feliz y que crecerá seguro de tu amor, seguro que tenga la edad que tenga puede volver a tì, a tu regazo, a tu cobijo. Te aseguro que si tu hijo crece en libertad, de tu mano, con amor, serà un adulto feliz, y ya habràs empezado a dar el primer paso para el cambio que tanto anhelamos para un mundo mejor.
Los hombres, cuando son padres de verdad, pueden tener màs sensibilidad con sus hijos, crear màs empatìa, hacer nacer un lazo que el tiempo no lograrà separar, porque son cimientos sòlidos, hermosos, los lazos de amor construidos en la infancia permanecen en el tiempo como un grabado en una roca.
Cada dìa me enorgullece y llena de satisfacción ver màs hombres, Amando a sus hijos, sin temor y con el corazòn como bandera, porque ellos tambièn dan hasta lo que no tienen...



martes, 14 de mayo de 2013

¿Y si los queremos desde el corazón?

Pasamos de no querer “mal acostumbrar” a nuestros hijos a nuestros brazos, les hacemos trampas, le cambiamos nuestro pecho materno por un chupete y biberón, (no se ofendan quienes no han podido por causas mayores dar de lactar) nuestros càlidos brazos por una hermosa cuna decorada con tules y mariposas. Le cambiamos nuestro tibio cuerpo por un muñeco “objeto de consuelo”. Como pretendemos empezar a poner “carácter” a un bebè que acaba de salir de la calidez del vientre materno donde no le faltaba nada y se està encontrando con un mundo nuevo de ruidos e incomodidades. El niño crece, y con èl crece su desolación, la falta de madre, de padre, de calor filial. Nacen los “malos comportamientos”, pega a sus compañeros, somete…..o se aísla, ya no pide atención materna, ni cariño paterno, ha pasado de pedir a sustituir, los padres asumen que ya “aprendiò”.
 Imaginan que nuestra pareja nos sustituya por una hermosa muñeca inflable, como “Objeto de consuelo”, y que esa situación se repita noche tras noche?, Entonces porque nuestro pequeño hijo debe “aprender” a ser independiente cuando aùn ni articula palabras? Porquè debe abrazar un inerte muñeco de felpa, si mami y papi estan durmiendo abrazaditos en la habitación de al lado?
Juguemos con nuestros hijos, intentemos comprender su mundo rico en fantasìa, si jugamos poniendo el corazòn, nos sorprenderemos todo lo que tienen para enseñarnos.
Nos ignoran tanto en la infancia que no serà que pasamos del frìo plàstico del biberón, a la botella de licor, y del impersonal chupete al eterno cigarro en la boca? De no recibir suficientes abrazos y besos de mamà y papà, pasamos a la dependencia de nuestra pareja, y a la asfixiante relaciòn que nos atormenta y no nos deja vivir sino en un eterno bolero, esas relaciones sentimentales de si me dejas me mato, si me dejas me muero….Siempre con el miedo de ser abandonados en la inmensidad de la noche…. Serán independientes con el pasar de los años, que por cierto pasan volando literalmente hablando.
En mi primera experiencia como Doula, hace años,  brotaron de mis labios estas palabras para la mami primeriza que me tocò atender, al verla vacilar sobre si levantar o no en brazos a su recièn nacido bebè : Tu crees que si todos nosotros hubiésemos recibido suficientes abrazos, besos, amor, mimos y atención en nuestra infancia, el mundo fuera un lugar con tanta violencia? Su respuesta fue: No…..y lo levantò y cobijò en sus brazos….

sábado, 11 de mayo de 2013

La autonomía se da con los años....


No siempre nos van a necesitar con tanto afán
Ellos van creciendo y pasando etapas
Entre risas de alegrías y llantos de desencanto
Por la pelota perdida, por la mami que trabaja, por más parque por más mami o porque papá trabaja……..
Se escurre ya su infancia
Nos quedamos observando como pasan de bebés a niños que juegan tanto
Que parecen no tener cansancio en su cuerpo tan pequeño y travieso……………..

Y miramos admiradas como aquel bebé de brazos que no nos podíamos alejar ni un segundo de su vista, va jugando y estando cada día un poco más lejos de nosotros, ya no somos su exclusiva, ya no depende de nosotros para moverse o desplazarse, gana autonomía con cada día.
Cansa mucho la dependencia de un bebé de su madre?? Si, cansa mucho, pero son unos pocos meses de exclusividad, como máximo entre 7 y 9 meses cuando empiezan a gatear y conocer el mundo, y depende de lo segura y cómoda que tengamos la casa para el pequeño explorador no tendremos accidentes ni sustos mientras conoce toda la casa por su cuenta.
La sociedad, los amigos, la suegra, el vecino, el pediatra, todos nos dicen que los bebés apenas salen del útero materno deben ser independientes y que no lo debemos “malacostumbrar”y no es así, la independencia es una escalera muy larga que debe subir el bebé con calma y devolverse al peldaño anterior de ser necesario hacerlo. Tanta prisa nos lleva a ser adultos con más o con menos neurosis, victimas del afán a que hemos sido sometidos desde el mismo momento de nuestro nacimiento cuando nos arrancan de los brazos de lo único hasta ahora para nosotros conocido: el olor de mamá, una mamá que seguiremos reclamando y buscando toda la vida si nuestras necesidades de contacto, caricias y miradas no han sido lo suficiente para copar nuestra bien merecida cuota de cariño materno en el mundo.
Si, es cansado y puede hacerse insoportable la crianza de uno o más pequeños si no tenemos nosotras también la mirada amorosa y de contención para poder sobrellevar esa hermosa carga como lo es atravesar las noches y días con un bebé en brazos que reclama constantemente nuestra atención.
Si, puede tornarse pesado si no buscamos herramientas personales que nos ayuden a sanar nuestro niño herido y lastimado para no posar sobre nuestros pequeños hijos las lesiones heredadas de nuestros padres que a su vez heredaron de nuestros abuelos una manera patriarcal y machista de criar: el niño en su cuna calladito mientras la mujer atiende al hombre, eso sí bien bonita y sonriente (aún en pleno puerperio).
A todas esas mamás que tienen ahora mismo su bebé en brazos y que las rebasa el cansancio, la fatiga, las ojeras, el desespero de días y meses sin dormir, les digo que bien vale la cuota de amor en exclusiva que le demos a nuestros pequeños, porque si es verdad que no es una receta infalible, es un paso amoroso para llevarlos a conocer el sendero de la vida de una manera diferente y que les enseña que todo ser humano y animal que habita el mundo merece ser tratado con amor, respeto, paciencia y cariño, eso mismo que le dimos en sus primeros meses de vida pese a nuestro cansancio y miradas de desaprobación.  A quienes están en la etapa de enfados y berrinches le digo: Como toda etapa pasa y su duración e intensidad depende el como lo manejen los adultos  Cuando su bebé sea un niño grandecito y les rodee con sus brazos y les diga: mami te amo o cuando ustedes estén en cama con un malestar y ellos entiendan que mami no está disponible por ahora (lo entienden con la edad), entonces nos queda por dentro el buen sabor de haber tenido la paciencia y la infinita sabiduría para transitar la maternidad dando a nuestro pequeño lo mejor de nosotras, así no lo hayamos tenido.
 Cómo la mayoría de ustedes saben a finales de Diciembre tuvimos un accidente de tránsito,  mi hija de 5 años criada con amor y respeto ha logrado salir de todos los miedos y traumas que conlleva el haber estado viajando conmigo en el auto que fue arrollado por un bus, el verse separada abruptamente de mí por dos semanas, me ha cuidado, me ayuda, me pasa las cosas, se alegra con mis logros y avances y desde el mismo momento del accidente tuvo más valor y empatía que muchos adultos, de nada le vale que yo le diga que su parte es jugar, jeje.
Es obligación de los padres preparar y criar a los niños con amor y paciencia, las etapas pasan y las enseñanzas quedan grabadas, de como les tratemos a los niños hoy día así nos tratarán ellos a nosotros y al mundo.  

miércoles, 8 de mayo de 2013

¿Niños que no comen?

La "temida" inapetencia en los niños viene dada de la excesiva preocupación de parte de sus padres, pues tenemos un elevado estándar en lo que debe ingerir y no suele concordar ni siquiera con el tamaño del estomago de los pequeños.
Los adultos no tenemos los mismos gustos a la hora de comer, o de vestirnos o mirar una peli, pero queremos estandarizar  y hasta competir si nuestro hijo come más que el vecinito  o es más alto que el hijo de nuestro colega en la oficina  olvidando lo más importante: los gustos de nuestros hijos, gustos que debemos respetar desde ya (para que también ellos aprendan que sus negativas son válidas, lo cual les servirá mucho en la adolescencia cuando deban negarse al cigarro, sexo temprano, etc) incluso si mueve su cabeza en tono de negativa, si nos cierra la boca y no quiere probar el manjar después de nosotras haber estado horas preparando esa delicia. Pues sencillamente hemos de respetarle su negativa, esperar que nos de señales de hambre y no tomarnos personal la negativa del niño a comer. Si nuestro hijo tiene buen peso, buena estatura (acorde  a los genes pues si mamá y papá son hermosamente delgaditos y bajos de estatura lo más probable es que bebé sea  hermosamente delgadito y bajo de estatura), sólo debemos relajarnos, seguir ofreciendo alimentos sanos y tener fe y confianza que con los años van aceptando probar nuevos sabores (Mi nena a partir de los 4 años empezó de nuevo a probar otros alimentos  tenía un año que su dieta era bastante limitada pero muy sana y ella igual en ese año siguió creciendo y con salud de hierro. También debemos tener en cuenta que pasan por etapas, por enfermedades, salidas de dientes, entrada a guardería o colegio, la llegada del hermanito, eventos que pueden interferir por unos días en su apetito para después retornar a la rutina.
Si estamos en constante comparación con otros niños en el tema apetito u otros, dejamos de disfrutar a nuestros hijos y les quitamos a ellos alegría por estar constantemente preocupados por la talla, peso, olvidando que mientras los niños estén sanos, alegres, correteando y felices es porque tienen suficientes fuerzas en su cuerpo.
Hay que tener sumo cuidado con no dar a los niños en exceso dulces/chucherías, esto les puede impedir disfrutar y aprender a saborear la comida sana. Es preferible esperar por lo menos los dos de vida del niño para introducir en su cuerpo azúcar. Y el consumo de esta debe ser moderado, no sustituir las comidas por dulces, eso si, respetando la inapetencia de los niños si están enfermos o con salida de piezas dentales.
  Acá les dejo una lista de lo que nos sirvió en su momento para hacerle a nuestra hija agradable la hora de comer, desde el  mismo momento que aprendió a sentarse solita en una silla adaptada a su edad:



  • 1-Le compramos una mesita con su silla adaptada a su edad, allì le servìamos la comida en pequeñas porciones, siempre comida sana, variada y saludable,  si pedìa màs le dábamos.
  • Algo así: 

    2- Dejar a su alcance (en esa mesita) pedazos de frutas, pan, vegetales.
    3-No consumiò nada de dulces hasta pasado los dos años, allì empezamos a darle helado y galletas Marìa en contadas ocasiones, las frutas han sido durante 5 años su merienda.
    4-No la forzábamos a estar con nosotros en la mesa, si se querìa bajar respetábamos su necesidad de hacerlo, pasados los 3 años se empezó a quedar màs tiempo en la mesa, hoy dìa a sus 5 años nos acompañan en casi todas las comidas todo el tiempo y casi siempre espera con mucho cariño ese momento de estar los 3 juntos en la mesa.
    5-Si comìamos fuera de casa procurábamos llevarle cositas para entretenerle y fruta para darle si en el menù no habìa nada disponible que le gustara, intentábamos no quedarnos tanto tiempo, ya sabemos que los pequeños se inquietan en estos sitios casi siempre llenos de mucha gente, ruido, luces, etc. En el presente y hace mucho tiempo disfruta las comidas fuera de casa.
    6-Nunca se le debe premiar a un niño si come sano, porque le estamos enseñando que si se come los vegetales (por decir algo) y obtiene a cambio un helado, entonces los vegetales son malos y los helados buenos para su alimentación, ya sin contar con lo mal de reforzar con premios los comportamientos positivos.
    7-Hemos respetados sus etapas de comer pura fruta o determinado alimento (siempre informándonos bien sobre el caso del momento)

8-  El alimento principal de mi hija, ahora de 5 años, fue la leche materna hasta casi sus dos años, lo genial de la leche materna es que es un tejido vivo además de adaptarse en nutrir a los niños a medida que crecen. No es la misma composición de la leche materna que toma un bebé de 10 meses o un niño con 3 años de edad. La leche materna nunca es agua nada más como suele decir mucha gente e incluso profesionales.


  • Nuestra hija desde el año de edad es vegetariana por decisión propia y sabemos de muchos casos de niños que lo son, gozando todos de perfecta salud.
  • Los modales y buenas costumbres lo aprenden de sus padres y familia, no por presión en la mesa.
  • Les recomiendo este video del Pediatra Carlos González: 

martes, 7 de mayo de 2013

Las desventajas del tiempo fuera.



A medida que padres y educadores preocupados han tomado conciencia de los peligros del castigo físico, el Tiempo Fuera ha emergido como una herramienta de disciplina muy popular. A los niños que se portan mal, se les manda a sentarse quietos en una silla o ir a sus habitaciones para calmarse y pensar sobre lo que han hecho. Después de un periodo de tiempo, se les permite volver al grupo o unirse a la familia, siempre que se comporten "de manera apropiada". El periodo de tiempo designado es normalmente de un minuto por cada año de edad, y los niños que abandonan la silla o la habitación antes de que el tiempo termine son mandados de vuelta por el periodo de tiempo completo otra vez. Algunos libros recomiendan una norma adicional de silencio, y sugieren que el periodo de tiempo se repita si se rompe el silencio. En cualquier caso, a los padres que usan este método se les prometen rápidos y fáciles resultados.
El Tiempo Fuera proviene del movimiento conductista basado en el trabajo del psicólogo B. F. Skinner. Su teoría del condicionamiento operante afirma que los niños se comportarán de determinada manera si reciben premios por hacerlo ("refuerzo positivo"), y que el comportamiento no deseado puede ser reducido retirando premios o provocando dolor (ambos son calificados "castigo"). Skinner mismo creía que todas las formas de castigo eran medios inapropiados para controlar el comportamiento de los niños.1 Aún así, mientras pegar está disminuyendo en los Estados Unidos y en otros paises, la retirada de amor y la atención perdura como un medio aceptable de control.
Bajo la superficie
Usar Tiempo Fuera parece menos perjudicial que pegar, dar una paliza, o gritar, porque no involucra abuso físico o verbal. Por lo tanto se piensa que representa algún grado de progreso en nuestra continua lucha por hacer de este mundo un sitio mejor para los niños. Según muchos educadores y psicólogos, sin embargo, el Tiempo Fuera no es tan inocente como parece y es, además, una manera de disciplinar a los niños emocionalmente perjudicial. De hecho, la Asociación Nacional para la Educación en la Infancia (National Association for the Education of Young Children) incluye el uso del Tiempo Fuera en una lista de medidas disciplinarias perjudiciales, junto con el castigo físico, criticar, culpar, y avergonzar. 2
Bajo la superficie, el Tiempo Fuera es un enfoque autoritario y, como tal, puede funcionar sólo entre niños entrenados para cumplir con el poder y la autoridad de los adultos. Los niños entrenados para conformarse ante tales medidas saben que las consecuencias de desobedecer son peores que las de seguir los mandatos. Los niños que no han sido criados en un ambiente autoritario lo más probable es que se nieguen a ir a otra habitación o a sentarse en una silla.
¿Cómo aprende un niño las consecuencias de la desobediencia? Los partidarios del Tiempo Fuera aconsejan a los padres la retirada de todos los privilegios como la TV, juguetes, música, etc., hasta que se haya conseguido la conformidad del niño. Siempre está la amenaza de la privación o de mayores penalizaciones. En algunas familias puede haber incluso una amenaza tácita de violencia. Aunque el método parece bastante inocente, requiere de una historia pasada de autoritarismo punitivo que hace a los niños lo suficientemente dóciles como para obedecer.
Los partidarios afirman que el Tiempo Fuera no es una forma de castigo. Usan terminología como "consecuencias", "tiempo de renovación", o "periodo de inactividad" para hacer que este enfoque suene benévolo. Lamentablemente, esta terminología no amenazante ha llevado a los padres a pensar que este enfoque es inofensivo.
Desde el punto de vista de un niño, el Tiempo Fuera es sin duda experimentado como castigo. ¿Quién quiere ser aislado del grupo y ser totalmente ignorado? Es bastante probable que los niños vean esta forma de aislamiento como abandono y pérdida del amor. Y mientras los padres tienen a menudo la precaución de proporcionar reafirmación de su amor y de distinguir entre el niño y el comportamiento indisciplinado ("Te quiero, pero necesitas ir a tu habitación cinco minutos porque lo que has hecho es inaceptable"), sus acciones hablan mucho más alto que sus palabras.
Los niños menores de siete años simplemente no tienen la capacidad de procesar palabras de la misma forma que lo hacen los adultos.3 La experiencia concreta y las percepciones de la realidad producen un impacto mucho más fuerte que el lenguaje. Ser aislado e ignorado es interpretado como "Nadie quiere estar conmigo ahora mismo. Por lo tanto debo de ser malo e incapaz de inspirar amor", y ninguna palabra amorosa, por bien intencionada que sea, puede invalidar ese sentimiento de rechazo.
Nada es más aterrador para un niño que la retirada de amor. Junto con el miedo aparece la inseguridad, ansiedad, confusión, rabia, resentimiento y baja autoestima. El Tiempo Fuera puede también causar vergüenza y humillación, especialmente cuando se usa en presencia de otros niños. En el mundo de la experiencia del niño, el tiempo fuera es absolutamente punitivo.
Los sentimientos dolorosos son una consideración; la información que se comunica acerca de las relaciones es otra. ¿Qué mensaje estamos dando a nuestros hijos al demostrarles que el amor y la atención son mercancías para repartir o retener con el propósito de controlar a otros? ¿Es esta una habilidad de resolución de conflictos que será útil para ellos? ¿Cómo influirá en su habilidad para interactuar con amigos, y algún día con un cónyuge o compañero de trabajo? ¿No sería mejor enseñar a los niños habilidades de resolución de conflictos útiles desde el principio, más que mandar el mensaje de que la única manera de solucionar conflictos es cortar la comunicación?
Aunque el problema con el Tiempo Fuera es en gran parte invisible, un aspecto es manifiestamente obvio: en cierto momento deja de funcionar. Los partidarios de este enfoque admiten que es efectivo sólo hasta la edad de nueve años. ¿Puedes imaginarte diciéndole a un adolescente, que puede ser más alto que tú, que se siente en una silla mientras le ignoras? Los adolescentes que tienen algún sentido de su propia autoestima se reirán ante semejante orden. La versión para adolescentes del Tiempo Fuera es la práctica de castigar a los adolescentes no dejándoles salir los fines de semana o por las noches. Pero este método sólo lleva al resentimiento, la resistencia y el engaño.
De hecho, cualquier método basado en el poder y el autoritarismo deberá ser finalmente abandonado, simplemente porque los padres dejan de tener poder.4 Los padres de adolescentes se enfrentan a una serie de dificultades totalmente nuevas cuando sus métodos de control de "probada eficacia" resultan completamente ineficaces. Los padres que adoptan métodos no autoritarios desde el principio, por otra parte, son capaces de prevenir las luchas de poder, así como los problemas de disciplina que tan a menudo aparecen en la adolescencia.
Consecuencias Escondidas
El uso del Tiempo Fuera conduce a multitud de problemas escondidos. Uno de ellos, cuando imponemos un Tiempo Fuera a niños que están llorando o enfurecidos, les damos el mensaje de que no les queremos a nuestro alrededor cuando están disgustados. Con la certeza de que no les escucharemos, pronto podrían dejar de acudir a nosotros con sus problemas.
Más aún, esos niños pueden aprender a suprimir sus sentimientos, especialmente si insistimos en el Tiempo Fuera en silencio. ¿Hemos olvidado que llorar y rabiar son mecanismos sanos de liberación de la tensión que ayudan a aliviar la tristeza y la frustración?5, 6, 7 ¿Hemos ignorado la investigación que demuestra que las hormonas del estrés son excretadas a través de las lágrimas, y que de ese modo posiblemente se reducen los efectos del estrés y se restaura el balance químico del cuerpo?8 Enseñando a nuestros niños a suprimir sus lágrimas, estaremos en realidad aumentando su susceptibilidad a una variedad de desequilibrios emocionales y físicos. La psicoterapeuta suiza Dr. Alice Miller sostiene que una de las cosas más devastadoras que le hacemos a los niños es negarles la libertad para expresar su rabia y sufrimiento.9
Un problema adicional es que el uso del Tiempo Fuera no trata la causa subyacente del "comportamiento inapropiado". Los niños actúan de maneras específicas por buenas razones, aunque pueden no ser conscientes de ello. La mayor parte del comportamiento no deseado puede ser explicado por uno de estos tres factores: el niño está tratando de satisfacer una necesidad legítima, le falta información o es demasiado joven para comprender, o se siente disgustado (frustrado, triste, asustado, confundido, celoso, o inseguro). Cuando tratamos de cambiar el comportamiento sin tratar esos sentimientos y necesidades, no ayudamos a nuestros niños en absoluto. ¿Por qué? Porque el problema subyacente todavía estará ahí. Enseñar a los niños a cumplir con nuestros deseos no resuelve los problemas más profundos.
Por ejemplo, los hermanos que son separados y mandados a sus habitaciones repetidamente cuando pelean pueden aprender al final a dejar de pelear delante de sus padres. Sus sentimientos no resueltos de celos y odio, sin embargo, pueden ser expresados en formas mas enrevesadas, o pueden cargar con su resentimiento hasta la edad adulta. Reducir los síntomas de un problema no soluciona el problema.
Los padres han sido llevados a creer que los niños usarán el Tiempo Fuera para pensar acerca de lo que hicieron y recuperar algún atisbo de autocontrol. En realidad, cuando los niños se portan de manera inapropiada, con agresividad, o de manera odiosa, están a menudo albergando sentimientos reprimidos tan fuertes que son incapaces de pensar con claridad acerca de sus acciones. Mucho más útil que el aislamiento es la escucha atenta de alguien que pueda fomentar la expresión de sentimientos sinceros. El sano alivio que proporciona hablar, llorar, o rabiar puede incluso prevenir la recurrencia de un comportamiento no deseado.
Abrazar a los niños que golpean o muerden es mucho más efectivo que aislarles. Un abrazo firme pero con amor crea seguridad y calidez mientras protege a otros niños de hacerse daño. También invita a la expresión de sentimientos genuinos (a través del llanto y la rabieta) mientras se asegura al niño de la indestructibilidad del vínculo padre-hijo.10Es paradójico, pero cierto8 los niños necesitan más amor y atención cuando menos se lo merecen. Decirle a un niño violento que se siente quieto rara vez logra algo constructivo y sólo contribuye a aumentar la represión de la rabia y sentimientos de alienación.
No es necesario aislar a los niños y retener nuestro amor para enseñarles como comportarse bien. De hecho, es totalmente posible ayudar a los niños a aprender a ser cooperativos y miembros decentes de la sociedad sin usar nunca castigos, premios, o consecuencias artificiales de ninguna clase. Ningún método rápido y fácil resolverá todos los conflictos. En su lugar, necesitamos tratar cada situación como el único desafío que es, y tratar de ser flexibles y creativos, al mismo tiempo que damos a nuestros niños el amor y respeto que merecen.
Sacado de:  Aletha Solter

Las desventajas del tiempo fuera.


A medida que padres y educadores preocupados han tomado conciencia de los peligros del castigo físico, el Tiempo Fuera ha emergido como una herramienta de disciplina muy popular. A los niños que se portan mal, se les manda a sentarse quietos en una silla o ir a sus habitaciones para calmarse y pensar sobre lo que han hecho. Después de un periodo de tiempo, se les permite volver al grupo o unirse a la familia, siempre que se comporten "de manera apropiada". El periodo de tiempo designado es normalmente de un minuto por cada año de edad, y los niños que abandonan la silla o la habitación antes de que el tiempo termine son mandados de vuelta por el periodo de tiempo completo otra vez. Algunos libros recomiendan una norma adicional de silencio, y sugieren que el periodo de tiempo se repita si se rompe el silencio. En cualquier caso, a los padres que usan este método se les prometen rápidos y fáciles resultados.
El Tiempo Fuera proviene del movimiento conductista basado en el trabajo del psicólogo B. F. Skinner. Su teoría del condicionamiento operante afirma que los niños se comportarán de determinada manera si reciben premios por hacerlo ("refuerzo positivo"), y que el comportamiento no deseado puede ser reducido retirando premios o provocando dolor (ambos son calificados "castigo"). Skinner mismo creía que todas las formas de castigo eran medios inapropiados para controlar el comportamiento de los niños.1 Aún así, mientras pegar está disminuyendo en los Estados Unidos y en otros paises, la retirada de amor y la atención perdura como un medio aceptable de control.
Bajo la superficie
Usar Tiempo Fuera parece menos perjudicial que pegar, dar una paliza, o gritar, porque no involucra abuso físico o verbal. Por lo tanto se piensa que representa algún grado de progreso en nuestra continua lucha por hacer de este mundo un sitio mejor para los niños. Según muchos educadores y psicólogos, sin embargo, el Tiempo Fuera no es tan inocente como parece y es, además, una manera de disciplinar a los niños emocionalmente perjudicial. De hecho, la Asociación Nacional para la Educación en la Infancia (National Association for the Education of Young Children) incluye el uso del Tiempo Fuera en una lista de medidas disciplinarias perjudiciales, junto con el castigo físico, criticar, culpar, y avergonzar. 2
Bajo la superficie, el Tiempo Fuera es un enfoque autoritario y, como tal, puede funcionar sólo entre niños entrenados para cumplir con el poder y la autoridad de los adultos. Los niños entrenados para conformarse ante tales medidas saben que las consecuencias de desobedecer son peores que las de seguir los mandatos. Los niños que no han sido criados en un ambiente autoritario lo más probable es que se nieguen a ir a otra habitación o a sentarse en una silla.
¿Cómo aprende un niño las consecuencias de la desobediencia? Los partidarios del Tiempo Fuera aconsejan a los padres la retirada de todos los privilegios como la TV, juguetes, música, etc., hasta que se haya conseguido la conformidad del niño. Siempre está la amenaza de la privación o de mayores penalizaciones. En algunas familias puede haber incluso una amenaza tácita de violencia. Aunque el método parece bastante inocente, requiere de una historia pasada de autoritarismo punitivo que hace a los niños lo suficientemente dóciles como para obedecer.
Los partidarios afirman que el Tiempo Fuera no es una forma de castigo. Usan terminología como "consecuencias", "tiempo de renovación", o "periodo de inactividad" para hacer que este enfoque suene benévolo. Lamentablemente, esta terminología no amenazante ha llevado a los padres a pensar que este enfoque es inofensivo.
Desde el punto de vista de un niño, el Tiempo Fuera es sin duda experimentado como castigo. ¿Quién quiere ser aislado del grupo y ser totalmente ignorado? Es bastante probable que los niños vean esta forma de aislamiento como abandono y pérdida del amor. Y mientras los padres tienen a menudo la precaución de proporcionar reafirmación de su amor y de distinguir entre el niño y el comportamiento indisciplinado ("Te quiero, pero necesitas ir a tu habitación cinco minutos porque lo que has hecho es inaceptable"), sus acciones hablan mucho más alto que sus palabras.
Los niños menores de siete años simplemente no tienen la capacidad de procesar palabras de la misma forma que lo hacen los adultos.3 La experiencia concreta y las percepciones de la realidad producen un impacto mucho más fuerte que el lenguaje. Ser aislado e ignorado es interpretado como "Nadie quiere estar conmigo ahora mismo. Por lo tanto debo de ser malo e incapaz de inspirar amor", y ninguna palabra amorosa, por bien intencionada que sea, puede invalidar ese sentimiento de rechazo.
Nada es más aterrador para un niño que la retirada de amor. Junto con el miedo aparece la inseguridad, ansiedad, confusión, rabia, resentimiento y baja autoestima. El Tiempo Fuera puede también causar vergüenza y humillación, especialmente cuando se usa en presencia de otros niños. En el mundo de la experiencia del niño, el tiempo fuera es absolutamente punitivo.
Los sentimientos dolorosos son una consideración; la información que se comunica acerca de las relaciones es otra. ¿Qué mensaje estamos dando a nuestros hijos al demostrarles que el amor y la atención son mercancías para repartir o retener con el propósito de controlar a otros? ¿Es esta una habilidad de resolución de conflictos que será útil para ellos? ¿Cómo influirá en su habilidad para interactuar con amigos, y algún día con un cónyuge o compañero de trabajo? ¿No sería mejor enseñar a los niños habilidades de resolución de conflictos útiles desde el principio, más que mandar el mensaje de que la única manera de solucionar conflictos es cortar la comunicación?
Aunque el problema con el Tiempo Fuera es en gran parte invisible, un aspecto es manifiestamente obvio: en cierto momento deja de funcionar. Los partidarios de este enfoque admiten que es efectivo sólo hasta la edad de nueve años. ¿Puedes imaginarte diciéndole a un adolescente, que puede ser más alto que tú, que se siente en una silla mientras le ignoras? Los adolescentes que tienen algún sentido de su propia autoestima se reirán ante semejante orden. La versión para adolescentes del Tiempo Fuera es la práctica de castigar a los adolescentes no dejándoles salir los fines de semana o por las noches. Pero este método sólo lleva al resentimiento, la resistencia y el engaño.
De hecho, cualquier método basado en el poder y el autoritarismo deberá ser finalmente abandonado, simplemente porque los padres dejan de tener poder.4 Los padres de adolescentes se enfrentan a una serie de dificultades totalmente nuevas cuando sus métodos de control de "probada eficacia" resultan completamente ineficaces. Los padres que adoptan métodos no autoritarios desde el principio, por otra parte, son capaces de prevenir las luchas de poder, así como los problemas de disciplina que tan a menudo aparecen en la adolescencia.
Consecuencias Escondidas
El uso del Tiempo Fuera conduce a multitud de problemas escondidos. Uno de ellos, cuando imponemos un Tiempo Fuera a niños que están llorando o enfurecidos, les damos el mensaje de que no les queremos a nuestro alrededor cuando están disgustados. Con la certeza de que no les escucharemos, pronto podrían dejar de acudir a nosotros con sus problemas.
Más aún, esos niños pueden aprender a suprimir sus sentimientos, especialmente si insistimos en el Tiempo Fuera en silencio. ¿Hemos olvidado que llorar y rabiar son mecanismos sanos de liberación de la tensión que ayudan a aliviar la tristeza y la frustración?5, 6, 7 ¿Hemos ignorado la investigación que demuestra que las hormonas del estrés son excretadas a través de las lágrimas, y que de ese modo posiblemente se reducen los efectos del estrés y se restaura el balance químico del cuerpo?8 Enseñando a nuestros niños a suprimir sus lágrimas, estaremos en realidad aumentando su susceptibilidad a una variedad de desequilibrios emocionales y físicos. La psicoterapeuta suiza Dr. Alice Miller sostiene que una de las cosas más devastadoras que le hacemos a los niños es negarles la libertad para expresar su rabia y sufrimiento.9
Un problema adicional es que el uso del Tiempo Fuera no trata la causa subyacente del "comportamiento inapropiado". Los niños actúan de maneras específicas por buenas razones, aunque pueden no ser conscientes de ello. La mayor parte del comportamiento no deseado puede ser explicado por uno de estos tres factores: el niño está tratando de satisfacer una necesidad legítima, le falta información o es demasiado joven para comprender, o se siente disgustado (frustrado, triste, asustado, confundido, celoso, o inseguro). Cuando tratamos de cambiar el comportamiento sin tratar esos sentimientos y necesidades, no ayudamos a nuestros niños en absoluto. ¿Por qué? Porque el problema subyacente todavía estará ahí. Enseñar a los niños a cumplir con nuestros deseos no resuelve los problemas más profundos.
Por ejemplo, los hermanos que son separados y mandados a sus habitaciones repetidamente cuando pelean pueden aprender al final a dejar de pelear delante de sus padres. Sus sentimientos no resueltos de celos y odio, sin embargo, pueden ser expresados en formas mas enrevesadas, o pueden cargar con su resentimiento hasta la edad adulta. Reducir los síntomas de un problema no soluciona el problema.
Los padres han sido llevados a creer que los niños usarán el Tiempo Fuera para pensar acerca de lo que hicieron y recuperar algún atisbo de autocontrol. En realidad, cuando los niños se portan de manera inapropiada, con agresividad, o de manera odiosa, están a menudo albergando sentimientos reprimidos tan fuertes que son incapaces de pensar con claridad acerca de sus acciones. Mucho más útil que el aislamiento es la escucha atenta de alguien que pueda fomentar la expresión de sentimientos sinceros. El sano alivio que proporciona hablar, llorar, o rabiar puede incluso prevenir la recurrencia de un comportamiento no deseado.
Abrazar a los niños que golpean o muerden es mucho más efectivo que aislarles. Un abrazo firme pero con amor crea seguridad y calidez mientras protege a otros niños de hacerse daño. También invita a la expresión de sentimientos genuinos (a través del llanto y la rabieta) mientras se asegura al niño de la indestructibilidad del vínculo padre-hijo.10Es paradójico, pero cierto8 los niños necesitan más amor y atención cuando menos se lo merecen. Decirle a un niño violento que se siente quieto rara vez logra algo constructivo y sólo contribuye a aumentar la represión de la rabia y sentimientos de alienación.
No es necesario aislar a los niños y retener nuestro amor para enseñarles como comportarse bien. De hecho, es totalmente posible ayudar a los niños a aprender a ser cooperativos y miembros decentes de la sociedad sin usar nunca castigos, premios, o consecuencias artificiales de ninguna clase. Ningún método rápido y fácil resolverá todos los conflictos. En su lugar, necesitamos tratar cada situación como el único desafío que es, y tratar de ser flexibles y creativos, al mismo tiempo que damos a nuestros niños el amor y respeto que merecen.
Sacado de:  Aletha Solter

Las desventajas del tiempo fuera.


A medida que padres y educadores preocupados han tomado conciencia de los peligros del castigo físico, el Tiempo Fuera ha emergido como una herramienta de disciplina muy popular. A los niños que se portan mal, se les manda a sentarse quietos en una silla o ir a sus habitaciones para calmarse y pensar sobre lo que han hecho. Después de un periodo de tiempo, se les permite volver al grupo o unirse a la familia, siempre que se comporten "de manera apropiada". El periodo de tiempo designado es normalmente de un minuto por cada año de edad, y los niños que abandonan la silla o la habitación antes de que el tiempo termine son mandados de vuelta por el periodo de tiempo completo otra vez. Algunos libros recomiendan una norma adicional de silencio, y sugieren que el periodo de tiempo se repita si se rompe el silencio. En cualquier caso, a los padres que usan este método se les prometen rápidos y fáciles resultados.
El Tiempo Fuera proviene del movimiento conductista basado en el trabajo del psicólogo B. F. Skinner. Su teoría del condicionamiento operante afirma que los niños se comportarán de determinada manera si reciben premios por hacerlo ("refuerzo positivo"), y que el comportamiento no deseado puede ser reducido retirando premios o provocando dolor (ambos son calificados "castigo"). Skinner mismo creía que todas las formas de castigo eran medios inapropiados para controlar el comportamiento de los niños.1 Aún así, mientras pegar está disminuyendo en los Estados Unidos y en otros paises, la retirada de amor y la atención perdura como un medio aceptable de control.
Bajo la superficie
Usar Tiempo Fuera parece menos perjudicial que pegar, dar una paliza, o gritar, porque no involucra abuso físico o verbal. Por lo tanto se piensa que representa algún grado de progreso en nuestra continua lucha por hacer de este mundo un sitio mejor para los niños. Según muchos educadores y psicólogos, sin embargo, el Tiempo Fuera no es tan inocente como parece y es, además, una manera de disciplinar a los niños emocionalmente perjudicial. De hecho, la Asociación Nacional para la Educación en la Infancia (National Association for the Education of Young Children) incluye el uso del Tiempo Fuera en una lista de medidas disciplinarias perjudiciales, junto con el castigo físico, criticar, culpar, y avergonzar. 2
Bajo la superficie, el Tiempo Fuera es un enfoque autoritario y, como tal, puede funcionar sólo entre niños entrenados para cumplir con el poder y la autoridad de los adultos. Los niños entrenados para conformarse ante tales medidas saben que las consecuencias de desobedecer son peores que las de seguir los mandatos. Los niños que no han sido criados en un ambiente autoritario lo más probable es que se nieguen a ir a otra habitación o a sentarse en una silla.
¿Cómo aprende un niño las consecuencias de la desobediencia? Los partidarios del Tiempo Fuera aconsejan a los padres la retirada de todos los privilegios como la TV, juguetes, música, etc., hasta que se haya conseguido la conformidad del niño. Siempre está la amenaza de la privación o de mayores penalizaciones. En algunas familias puede haber incluso una amenaza tácita de violencia. Aunque el método parece bastante inocente, requiere de una historia pasada de autoritarismo punitivo que hace a los niños lo suficientemente dóciles como para obedecer.
Los partidarios afirman que el Tiempo Fuera no es una forma de castigo. Usan terminología como "consecuencias", "tiempo de renovación", o "periodo de inactividad" para hacer que este enfoque suene benévolo. Lamentablemente, esta terminología no amenazante ha llevado a los padres a pensar que este enfoque es inofensivo.
Desde el punto de vista de un niño, el Tiempo Fuera es sin duda experimentado como castigo. ¿Quién quiere ser aislado del grupo y ser totalmente ignorado? Es bastante probable que los niños vean esta forma de aislamiento como abandono y pérdida del amor. Y mientras los padres tienen a menudo la precaución de proporcionar reafirmación de su amor y de distinguir entre el niño y el comportamiento indisciplinado ("Te quiero, pero necesitas ir a tu habitación cinco minutos porque lo que has hecho es inaceptable"), sus acciones hablan mucho más alto que sus palabras.
Los niños menores de siete años simplemente no tienen la capacidad de procesar palabras de la misma forma que lo hacen los adultos.3 La experiencia concreta y las percepciones de la realidad producen un impacto mucho más fuerte que el lenguaje. Ser aislado e ignorado es interpretado como "Nadie quiere estar conmigo ahora mismo. Por lo tanto debo de ser malo e incapaz de inspirar amor", y ninguna palabra amorosa, por bien intencionada que sea, puede invalidar ese sentimiento de rechazo.
Nada es más aterrador para un niño que la retirada de amor. Junto con el miedo aparece la inseguridad, ansiedad, confusión, rabia, resentimiento y baja autoestima. El Tiempo Fuera puede también causar vergüenza y humillación, especialmente cuando se usa en presencia de otros niños. En el mundo de la experiencia del niño, el tiempo fuera es absolutamente punitivo.
Los sentimientos dolorosos son una consideración; la información que se comunica acerca de las relaciones es otra. ¿Qué mensaje estamos dando a nuestros hijos al demostrarles que el amor y la atención son mercancías para repartir o retener con el propósito de controlar a otros? ¿Es esta una habilidad de resolución de conflictos que será útil para ellos? ¿Cómo influirá en su habilidad para interactuar con amigos, y algún día con un cónyuge o compañero de trabajo? ¿No sería mejor enseñar a los niños habilidades de resolución de conflictos útiles desde el principio, más que mandar el mensaje de que la única manera de solucionar conflictos es cortar la comunicación?
Aunque el problema con el Tiempo Fuera es en gran parte invisible, un aspecto es manifiestamente obvio: en cierto momento deja de funcionar. Los partidarios de este enfoque admiten que es efectivo sólo hasta la edad de nueve años. ¿Puedes imaginarte diciéndole a un adolescente, que puede ser más alto que tú, que se siente en una silla mientras le ignoras? Los adolescentes que tienen algún sentido de su propia autoestima se reirán ante semejante orden. La versión para adolescentes del Tiempo Fuera es la práctica de castigar a los adolescentes no dejándoles salir los fines de semana o por las noches. Pero este método sólo lleva al resentimiento, la resistencia y el engaño.
De hecho, cualquier método basado en el poder y el autoritarismo deberá ser finalmente abandonado, simplemente porque los padres dejan de tener poder.4 Los padres de adolescentes se enfrentan a una serie de dificultades totalmente nuevas cuando sus métodos de control de "probada eficacia" resultan completamente ineficaces. Los padres que adoptan métodos no autoritarios desde el principio, por otra parte, son capaces de prevenir las luchas de poder, así como los problemas de disciplina que tan a menudo aparecen en la adolescencia.
Consecuencias Escondidas
El uso del Tiempo Fuera conduce a multitud de problemas escondidos. Uno de ellos, cuando imponemos un Tiempo Fuera a niños que están llorando o enfurecidos, les damos el mensaje de que no les queremos a nuestro alrededor cuando están disgustados. Con la certeza de que no les escucharemos, pronto podrían dejar de acudir a nosotros con sus problemas.
Más aún, esos niños pueden aprender a suprimir sus sentimientos, especialmente si insistimos en el Tiempo Fuera en silencio. ¿Hemos olvidado que llorar y rabiar son mecanismos sanos de liberación de la tensión que ayudan a aliviar la tristeza y la frustración?5, 6, 7 ¿Hemos ignorado la investigación que demuestra que las hormonas del estrés son excretadas a través de las lágrimas, y que de ese modo posiblemente se reducen los efectos del estrés y se restaura el balance químico del cuerpo?8 Enseñando a nuestros niños a suprimir sus lágrimas, estaremos en realidad aumentando su susceptibilidad a una variedad de desequilibrios emocionales y físicos. La psicoterapeuta suiza Dr. Alice Miller sostiene que una de las cosas más devastadoras que le hacemos a los niños es negarles la libertad para expresar su rabia y sufrimiento.9
Un problema adicional es que el uso del Tiempo Fuera no trata la causa subyacente del "comportamiento inapropiado". Los niños actúan de maneras específicas por buenas razones, aunque pueden no ser conscientes de ello. La mayor parte del comportamiento no deseado puede ser explicado por uno de estos tres factores: el niño está tratando de satisfacer una necesidad legítima, le falta información o es demasiado joven para comprender, o se siente disgustado (frustrado, triste, asustado, confundido, celoso, o inseguro). Cuando tratamos de cambiar el comportamiento sin tratar esos sentimientos y necesidades, no ayudamos a nuestros niños en absoluto. ¿Por qué? Porque el problema subyacente todavía estará ahí. Enseñar a los niños a cumplir con nuestros deseos no resuelve los problemas más profundos.
Por ejemplo, los hermanos que son separados y mandados a sus habitaciones repetidamente cuando pelean pueden aprender al final a dejar de pelear delante de sus padres. Sus sentimientos no resueltos de celos y odio, sin embargo, pueden ser expresados en formas mas enrevesadas, o pueden cargar con su resentimiento hasta la edad adulta. Reducir los síntomas de un problema no soluciona el problema.
Los padres han sido llevados a creer que los niños usarán el Tiempo Fuera para pensar acerca de lo que hicieron y recuperar algún atisbo de autocontrol. En realidad, cuando los niños se portan de manera inapropiada, con agresividad, o de manera odiosa, están a menudo albergando sentimientos reprimidos tan fuertes que son incapaces de pensar con claridad acerca de sus acciones. Mucho más útil que el aislamiento es la escucha atenta de alguien que pueda fomentar la expresión de sentimientos sinceros. El sano alivio que proporciona hablar, llorar, o rabiar puede incluso prevenir la recurrencia de un comportamiento no deseado.
Abrazar a los niños que golpean o muerden es mucho más efectivo que aislarles. Un abrazo firme pero con amor crea seguridad y calidez mientras protege a otros niños de hacerse daño. También invita a la expresión de sentimientos genuinos (a través del llanto y la rabieta) mientras se asegura al niño de la indestructibilidad del vínculo padre-hijo.10Es paradójico, pero cierto8 los niños necesitan más amor y atención cuando menos se lo merecen. Decirle a un niño violento que se siente quieto rara vez logra algo constructivo y sólo contribuye a aumentar la represión de la rabia y sentimientos de alienación.
No es necesario aislar a los niños y retener nuestro amor para enseñarles como comportarse bien. De hecho, es totalmente posible ayudar a los niños a aprender a ser cooperativos y miembros decentes de la sociedad sin usar nunca castigos, premios, o consecuencias artificiales de ninguna clase. Ningún método rápido y fácil resolverá todos los conflictos. En su lugar, necesitamos tratar cada situación como el único desafío que es, y tratar de ser flexibles y creativos, al mismo tiempo que damos a nuestros niños el amor y respeto que merecen.
Sacado de:  Aletha Solter