Los niños que crecen en libertad tienen la oportunidad de
expresarse y ser niños, no todos tienen esta maravillosa oportunidad. Pasa que
vivimos en un mundo prácticamente anti niños, donde creemos que la infancia son
personitas para vestir lindos y exhibir, que saluden a la tía Carlota, que
sonrían al abuelito y sean como figuritas de porcelana. Los niños gritan, hacen
ruidos, no tienen la capacidad de resolver sus conflictos con diálogos (y
muchos adultos tampoco, ¿cómo? si no les enseñaron), por lo tanto es nuestra
obligación como padres conocer las diferentes etapas que pasan los niños para
de esta manera saber afrontar lo que toca en el momento y tener en cuenta que
los niños pequeños no manipulan, simplemente muestran sus comportamientos con
total sinceridad.
La paciencia y el diálogo van de la mano para que ellos
aprendan como afrontar las dificultades. Y hay conductas como aprender a no
interrumpir que se aprenden con la madurez del niño.
Desde sus 5 años le puedo
explicar a mi hija cuando necesito me deje hablar con alguien, cada día, con su
crecer lo entiende un poco más. Una vez en un taller de lactancia, ella más
pequeña se acercó a un Señor y le tiró de su camisa, este estaba hablando con
un círculo de personas (luego me enteré que era una "eminencia" en la
medicina) se puso a la altura de la niña y le dijo a la gente: Cuando los niños
hablan los adultos escuchamos.
Que
diferente fuera nuestra crianza si las madres no tuviéramos ese agobio de
necesitar estar bien con los demás, verdad? que nos dijeran tranquila atiende a
tu hijito/a yo espero que termines........... que diferente fuera..........
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