Los pollitos
dicen
pío pío pío
cuando tienen hambre
y cuando tienen frío
la gallina busca
el maíz y el trigo
les da la comida
y les presta abrigo
bajos sus dos alas
acurrucaditos
hasta el otro día
duermen los pollitos .....
pío pío pío
cuando tienen hambre
y cuando tienen frío
la gallina busca
el maíz y el trigo
les da la comida
y les presta abrigo
bajos sus dos alas
acurrucaditos
hasta el otro día
duermen los pollitos .....
Todos conocemos esta canción, ¿verdad? y todos deberíamos saber que nadie (menos un niño) pide lo que no necesita, por lo tanto si los padres nos dejamos llevar por nuestro más básico instinto hacia las necesidades reales de contacto físico que tienen los niños, la crianza se hará más fluida y por lo tanto más amorosa y empática, podremos dejar de lado y hacer caso omiso a quienes nos instan hacer lo contrario: atender a nuestros hijos y darles el amor y compañía que necesitan para crecer emocionalmente sanos y llegar a ser personas seguras, con su mochila llena de amor y no de miedos.
Los niños (todos lo sabemos) crecen muy rápido, pasan de una etapa a otra casi sin darnos cuenta y de esa misma manera un buen día empiezan a necesitarnos menos, empiezan a crecer y a sentirse seguros. Puede ser cansado, pero si en nuestro fuero interno sabemos que hacemos bien y no nos dejamos llevar por las críticas no amables hacia nuestra manera de criar, podemos disfrutar la infancia de ellos y los niños disfrutar a sus padres.
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