No es sano
comparar con el primo, con el vecino o con los hijos que tuvo y "allí
están"...
No es sano
medir los logros de los niños/as para inflar nuestro ego.
No es sano
querer meter a los niños/as en el mismo saco y pedirles cosas para lo que aún
no están listos.
No es sano
imponerles reglas y etiquetas que terminarán aprendiendo con el ejemplo de sus
mayores.
No es sano
que asuman desde su más tierna infancia que para ganar en algo deben llevarse a
quien sea por delante.
No es sano
pedirles que no se ensucien porque la infancia es disfrute.
No es sano
exigirles en lugar de dejarles disfrutar su infancia.
No es sano
pedirles que hablen con la verdad si nosotros mentimos.
No es sano
decirles que si se caen les pegas.
No es sano
que aprendan a no molestarte porque aprenden a no pedir ayuda.
No es sano
pedirles que callen porque ellos/as son parte de la familia y deben tener voz y
voto.
No es sano
que les humillemos y maltratemos en lugar de darles amor, ternura y paciencia.
No es sano
que le regañes porque responde igual que tú.
Un día sin
darte cuenta, tus hijos/as estarán dando al mundo, a ti y a ellos mismos todo
lo que le diste en la infancia, por eso no es sano que al crecer les exijas un
amor que no diste.
No es sano
exigir amor, el amor se da y regresa siempre multiplicado.
Janeth
Ivimas.
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