Cuando las
mujeres deciden dejar de trabajar fuera de casa son muchas cosas que dejan
atrás, siempre lo hacen pensando en dar lo mejor de si a su cría.
Pasan los
años y quizá el sostén económico sea de su pareja u otras personas, es un arma
de doble filo, probablemente nadie agradezca jamás lo que se hace en estos años
y lo dejado atrás:
La
independencia económica, el moverte fuera de casa con total libertad
financiera. Nadie se dará cuenta el hermoso ser humano que criaste y educaste
esos años.
Quizá pases
a ser una carga y un día te lo saquen en cara y duela como una olla de agua
caliente.
Quizá nadie
valore tu papel y por el contrario minimicen los años de crianza.
Ya no hay
teta que dar ni crías que llevar casi 24 horas en brazos aunque aún hay mucho trabajo
por hacer, ningún niño es totalmente autónomo.
Nunca dejes
de tener tu lugar en el mundo, por pequeñito que sea debes tener un lugarcito
al cual asirte y donde respirar cuando sea necesario y el día que tus hijos
estén preparados, puedas salir sin ellos de nuevo al mundo sin asfixias
económicas, sin culpas y con tu cabeza en alto.
Si decides trabajar fuera de casa, lo haces sin culpas y dando siempre lo mejor de ti a tu hijo el tiempo que compartan juntos.
Una madre
que prefiere mantener el anonimato.
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