No te
pre-ocupes en exceso por las técnicas de crianza que das a tus hijos, ni de estimular (si son niños
sanos), ni que tengan los mejores juguetes educativos.
Pre-ocúpate
de ti, de mejorar como persona, de mirar dentro, de deshacerte de pesos
emocionales y de amarte mucho.
Por
añadidura tus hijos se amarán y mirarán el mundo de forma amorosa porque somos
los ojos de ellos en su infancia.
Si respetas
la vida y la diversidad de opiniones, ellos harán igual.
Los niños
ven, copian e imitan nuestra conducta.
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