jueves, 26 de junio de 2014

Control de esfínteres respetuoso.


El primer paso es dejarle en ropa interior para que conozca que es aquello que sale de su cuerpo, tienes que darle tiempo y tener mucha paciencia, aparte de no intervenir en el tiempo que necesite. Después de hacerse encima varias veces y varios días encima, empezará a saber que es pipi y popó. No se debe regañar, ni castigar cuando se haga encima, aún no ha salido del proceso y hay que tener paciencia para limpiar cuando se haga encima.                                     La idea es sacar el pañal la mayor cantidad de horas al día, aunque tengas que limpiar. Esto es para que  identifique la sensación, poco a poco  le vas nombrando que es es pipi o popó.  Al principio se sorprende, después va conociendo y  en unos días  controla, aguanta hasta llegar a un lugar donde quiere hacer, entonces es el momento de al verle las ganas de hacer le puedes llevar al baño, justo en ese momento que da las claras señales de querer hacer, lo ideal es que antes hayan visto a mamá o papá usándolo.
Es una forma de ellos sentir eso que sale de su cuerpo.
Si lo haces así, les irá bien, no tengas miedo, hay situaciones donde podemos ayudarles a pasar al siguiente nivel, más si es de manera armoniosa, sobre todo cuando ya han pasado los 2 años y medio y por algún motivo se les debe enseñar, sin forzar ni castigar.
El pañal de noche se le coloca hasta que amanezca por lo menos una semana sin mojarlo, lleva pañales cuando salgan por si te pide hacer pis y no hay baños cerca, se lo pones y listo, aunque llegará un momento que se niegan hacer en el pañal.

Cuando veas que no necesita el pañal de la noche, pon un plástico debajo de las sábanas por si hay un accidente, lo haces un mes y ya luego no será necesario. La ventaja de esta manera de controlar esfínteres es que ellos saben que sale de su cuerpo, mientras que sentarles en el baño sin saber que se espera de ellos los atrasa  más y se agobia el niño y la familia.

El control de esfínteres debe darse desde la paciencia, nosotros los adultos colocamos el pañal por comodidad y este pasa a formar parte de los niños, por lo tanto debemos quitarlo con calma, mirando siempre las necesidades emocionales de los niños, no desde la mirada adulta porque empieza el colegio o porque el hijo de la vecina ya no los usa.
El protagonista de esta historia es tu hijo, no la gente, toma en cuenta al pequeño para que así este paso sea dado de la manera más armoniosa posible.

Debemos tomar en cuenta que muchas veces después de lograr el control total de esfínteres, pueden haber motivos para el niño hacerse encima, por ejemplo la muerte de un familiar, una mudanza, la llegada de nuevos miembros a la familia, como todo en el tema crianza y educación, si les tenemos paciencia llegaremos al siguiente nivel con más seguridad y la parte emocional lo más intacta posible.

miércoles, 18 de junio de 2014

Respeto a todo ser vivo.

Muchos trabajamos por algo que nos apasiona: por la Infancia (pero no respetamos a los adultos), por el Parto Respetado (pero no soportamos a los niños), por los Animales (pero no toleramos a la especie humana y yendo más allá ni siquiera logran muchos defensores de animales soportar a los niños) y así vamos, trabajamos por el respeto hacia unos pero excluimos a otros.
Queramos verlo o no, miremos hacia el otro lado o no, la violencia hacia cualquier especie, el violentar cualquier acto de la vida (desde el nacimiento, la infancia de los niños, la violencia psicológica hacia las personas), todo tiene su origen en la infancia, en la manera como fuimos tratados y es erróneo querer perpetuar la crueldad en el trato que se le da a los niños que serán los futuros adultos que estarán al frente de la sociedad.
Si no soportamos a los niños, si no les damos calor de hogar, si no les tenemos paciencia, si no les enseñamos con buenos ejemplos, ¿de donde queremos que aprendan a respetar si no han sido respetados?, ¿cómo queremos que traten bien a los demás, a los animales, a las plantas si ellos han sido irrespetados?
Un niño que ha crecido dentro de un entorno amable dará al mundo y a si mismo el respeto, suavidad y amabilidad que ha recibido, no puede ser de otra manera porque sencillamente damos lo que recibimos y no podemos dar aquello que no conocemos.
Los niños son almas limpias, actúan según sus emociones, de nosotros aprenden a gestionar los problemas. Por otra parte, criar a un niño con respeto no nos exime de tener problemas cotidianos, pero si nos da la certeza que con el tiempo ellos interiorizan en buen trato recibido y saben que eso es lo normal y no darán ni pedirán menos para ellos.
En este convulsionado mundo donde todos creemos tener la razón y nos peleamos para ser escuchados, no deberíamos pasar por alto que estamos sembrando en nuestros niños la manera como ellos actuarán en un futuro, para bien o para mal.

Janeth Ivimas