jueves, 21 de julio de 2016

Quedarse en casa o salir al mundo.

Cuando las mujeres deciden dejar de trabajar fuera de casa son muchas cosas que dejan atrás, siempre lo hacen pensando en dar lo mejor de si a su cría.
Pasan los años y quizá el sostén económico sea de su pareja u otras personas, es un arma de doble filo, probablemente nadie agradezca jamás lo que se hace en estos años y lo dejado atrás:
La independencia económica, el moverte fuera de casa con total libertad financiera. Nadie se dará cuenta el hermoso ser humano que criaste y educaste esos años.
Quizá pases a ser una carga y un día te lo saquen en cara y duela como una olla de agua caliente.
Quizá nadie valore tu papel y por el contrario minimicen los años de crianza.
Ya no hay teta que dar ni crías que llevar casi 24 horas en brazos aunque aún hay mucho trabajo por hacer, ningún niño es totalmente autónomo.
Nunca dejes de tener tu lugar en el mundo, por pequeñito que sea debes tener un lugarcito al cual asirte y donde respirar cuando sea necesario y el día que tus hijos estén preparados, puedas salir sin ellos de nuevo al mundo sin asfixias económicas, sin culpas y con tu cabeza en alto.
Si decides trabajar fuera de casa, lo haces sin culpas y dando siempre lo mejor de ti a tu hijo el tiempo que compartan juntos.

Una madre que prefiere mantener el anonimato.

miércoles, 20 de julio de 2016

No es sano apurar la infancia.

No es sano pedir a los niños/as que se "despeguen" de sus padres cuando aún no están listos.
No es sano comparar con el primo, con el vecino o con los hijos que tuvo y "allí están"...
No es sano medir los logros de los niños/as para inflar nuestro ego.
No es sano querer meter a los niños/as en el mismo saco y pedirles cosas para lo que aún no están listos.
No es sano imponerles reglas y etiquetas que terminarán aprendiendo con el ejemplo de sus mayores.
No es sano que asuman desde su más tierna infancia que para ganar en algo deben llevarse a quien sea por delante.
No es sano pedirles que no se ensucien porque la infancia es disfrute.
No es sano exigirles en lugar de dejarles disfrutar su infancia.
No es sano pedirles que hablen con la verdad si nosotros mentimos.
No es sano decirles que si se caen les pegas.
No es sano que aprendan a no molestarte porque aprenden a no pedir ayuda.
No es sano pedirles que callen porque ellos/as son parte de la familia y deben tener voz y voto.
No es sano que les humillemos y maltratemos en lugar de darles amor, ternura y paciencia.
No es sano que le regañes porque responde igual que tú.
Un día sin darte cuenta, tus hijos/as estarán dando al mundo, a ti y a ellos mismos todo lo que le diste en la infancia, por eso no es sano que al crecer les exijas un amor que no diste.
No es sano exigir amor, el amor se da y regresa siempre multiplicado.
Janeth Ivimas.