jueves, 25 de junio de 2015

Es mi hijo, es mi crianza.

Hola a todos! como muchos se darán cuenta.. durante el embarazo me la pasé leyendo sobre crianza, y desde que nació Tahiel tambien. Y con Daniel nos basamos en una crianza con apego y RESPETUOSA, no solo es para que mi hijo el día de mañana sea de tal o cual manera, solamente lo tratamos con respeto y punto. Estamos confiados que si recibe amor, lo unico que el va a dar es amor. Siempre con límites obviamente, pero espero nunca sobrepasarme y tener que maltratar a mi hijo, ni siquiera un chirlo en el pañal, porque eso NO es respetuoso. Confio en la educación sin violencia.
Una de las cosas que hacemos tambien es respetar el momento de la COMIDA, el sigue con su alimento principal que es la teta hasta el año y complementa con comida, como aca en mi facebook hay mucha gente con la que podria llegar a compartir comidas, almuerzos, cenas.. pido por favor encarecidamente que nunca le den algo en la boca a Tahiel, simplemente asi, el come solo. El prueba, conoce, toca, y experimenta.
Asi como tambien duerme con nosotros, porteamos (ahora no por problemas de salud mios) y tampoco queremos usar andador, entre otros ejemplos.. No quiero ofender a nadie, pero si tratan de meterse en mi crianza lo menos posible, mantenemos la paz y nada mejor que eso. No quiero decir que no acepte consejos, los acepto y los tomo si me sirven y se que son con la mejor intención. Porque cada uno crió a sus hijos y los felicito si salieron bien, pero este es MI hijo, y mi crianza. Ahora me iran a criticar, pero cuando sea mas grande seguramente me van a felicitar.. confiamos en eso. Gracias a los que lean y gracias por respetarnos los queremos
 Camila, mamá de la Tribu.




martes, 23 de junio de 2015

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"Sos fría como tu padre" uff todo el tiempo me lo han dicho y como dicen las etiquetas predisponen y sí, soy fria o por lo menos acepté ese rol. A casi todo intento restarle importancia, si te veo llorar no siempre se como actuar o respondo con chistes. Cuando me cuentan cosas tristes que "deberían" hacer llorar,simplemente no me salen las lágrimas. "Sos fria como tu padre" frase de mi mamá desde que tengo memoria.... Ahora soy mamá e intentar entender a mi hija hizo que me autoanalizara. Qué curioso lo que descubrí! Cada vez que de pequeña me lastimaba, mi papá me abrazaba. Mi mamá me decía "no es nada". Cada vez que estaba triste, mi papá (como le salia porque es verdad es reservado),me preguntaba qué me pasaba. Mi mamá me decia "otra vez llorando!" Cuando falle en aquel examen tan importante, mi mamá me respondió "no estudiaste?" Mientras mi papá me abrazaba y lloraba conmigo y me decía "el próximo año lo vuelves a intentar". Cuando me mandaba mis travesuras, les juro que mas me dolía la mirada desencantada de mi papá que los golpes de mi mamá. Cuando les tocaba retarme, uno me gritaba y me pegaba, el otro me castigaba prohibiendome algo que me gustara, pero siempre volvía a pedirme perdón y a explicarme qué había hecho mal. Tengo que decirles quien era quien? Con esto quiero mostrarles en carne propia, las consecuencias del "chirlo a tiempo" y de las palabras amorosas que educan. Hoy soy fría, no sé responder con empatía y mi mamá es quien mas requiere mi afecto, qué paradoja! pero logré descubrirme para mejorar y no equivocarme con mis hijos. Lo que no debe faltar: El perdón. Adoro a mi mamá a pesar de. Ella tambien vivió una infancia que la marcó de adulta, no soy quien para exigirle nada. Justamente entiendo que su pedido de afecto provenga de la falta que tuvo en su niñez. Se dan cuenta?
Aclaro q no se psicologia y nunca hice terapia.
Anónimo.

domingo, 21 de junio de 2015

Reflexiones de un Papá... un día cualquiera!



Existe un antiguo mito sobre la paternidad que defiende la necesidad de todo padre, o figura masculina (y aveces también femenina), de ser severo en la crianza de sus hijos para poder ser un ejemplo, una verdadera autoridad y alguien a quien se le debe respetar… “porque sí”.
De hecho muchos de nosotros crecimos teniendo un padre que al que no podíamos, por ejemplo, contarle un chiste o tomarle el pelo, sin el terrible riesgo de ser “disciplinados” por medio del castigo o en algunos casos de un terrible grito que nos hacía recordar ese precepto de que “a los adultos se les respeta… y punto”.
Algunos de nosotros tampoco recibimos nunca (o sucedió muy pocas veces) un abrazo, un te quiero, un te amo, o tan siquiera una mirada tierna de aprobación (sonrisa incluida) de parte de la figura masculina con la que crecimos. Y a veces, ni siquiera de parte de nuestra madre…
Sí, es cierto… algunos crecimos sin muestras de afecto.
¿Y es que acaso esos papás y mamás eran malvados? ¿Nos odiaban? ¿Eran nuestros enemigos? Algunos me insistirán de que en su caso, sí, esto era lo que sucedía. Otros me dirán que por supuesto que no. Y otros, sencillamente me dirán: “No sé, dímelo tú!”.
Pues les cuento que la mayoría de estos padres (Me encantaría poder decir que todos, pero tengo que ser honesto) desconectados emocionalmente y severos en la forma de criar y educar, sencillamente creían con todo su corazón que esa era la mejor forma de dar amor…
Sí, de dar amor.
Antes de juzgarles, debemos comprender que, a diferencia de muchos de nosotros, la mayoría de ellos contaba con herramientas limitadas, con muchísima menos información y además con el apoyo y aprobación de una sociedad conductista y “adultista”, donde a los niños se les veía más como un producto, que como a un ser humano con derechos y necesidades reales (lamento tener que reconocer que lo de la sociedad no ha cambiado mucho en ese sentido, en la actualidad).
Es justo reconocer que la mayoría de estos padres lo único que pretendía hacer (De la manera en que sabían) era tratar de instaurar valores, principios y educación. No estaban pensando en hacer daño por hacerlo, sino que creían y estaban convencidos de que lo que hacían, lo hacían “por nuestro propio bien” (citando a la psicoanalista Alice Miler).
Hoy día sabemos lo dañino que es para cualquier SER, el castigo, especialmente el físico, para la salud mental, emocional y hasta para el desarrollo del cuerpo y de las habilidades.
Sabemos lo destructivo que es criar y educar en base al chantaje, la manipulación y el maltrato.
De hecho, muchos de nosotros, a pesar de ser (O creer ser) hoy “personas de bien”, y de atribuírselo a la forma severa y a veces demasiado estricta y abusiva en que fuimos criados y educados, sabemos (Muchas veces de forma inconsciente) que en el fondo guardamos una terrible carga de rencor y violencia, que justamente tiene su origen en la forma en que nos trataron en nuestros primeros años de vida.
Algunos, hoy, seguimos teniendo relaciones basadas en el chantaje, la manipulación, y a veces, hasta en la violencia, porque muy en el fondo quedamos convencidos de que esa es la única y mejor forma de expresar el amor. Y a veces, hasta llegamos a creer, desde el fondo de nuestros corazones, que MERECEMOS ser tratados así.
Y entonces, ¿Qué hacemos con todo esto? ¿Nos dedicamos a culpar a esos padres severos y a veces, maltratadores con los que crecimos? ¿Nos quedamos estancados en el rencor, la culpa y el remordimiento? O peor aún… ¿Nos dedicamos a defender y justificar la disciplina severa y el castigo físico a los niños y seguimos repitiendo los patrones de violencia que no hacen sino engendrar más violencia? ¿Nos hacemos como que la cosa no es con nosotros y seguimos permitiendo que a los niños se les eduque y se les crie como si se tratara de seres inferiores, incompletos y para quienes los derechos humanos no tienen ninguna validez?
Pues, personalmente creo que por donde quiera que se le mire, la desconexión emocional, la disciplina severa (De hecho, tengan cuidado con el término disciplina, ya que existen una especie de “disciplina rosa”, que no es más que una especie de autoritarismo y conductismo light) y los castigos físicos no tienen cabida en la crianza de nuestros niños, y de hecho en ningún tipo de relación afectiva.
Creo que tenemos ya demasiada violencia en el mundo, como para seguir sembrando más de lo mismo.
La nueva masculinidad, la nueva paternidad, la nueva maternidad, la humanización, la crianza amorosa, la comunicación efectiva, el respeto a los niños han dejado de ser una cuestión electiva, para convertirse en una verdadera URGENCIA colectiva.
De la misma manera en que no es válido, ni éticamente justificable la manipulación, el chantaje y el maltrato en ninguna relación afectiva entre adultos; en la relación afectiva y la construcción de los cimientos morales, éticos y afectivos de los futuros protagonistas de nuestra sociedad, LOS NIÑOS, no tiene cabida ninguna de estas formas destructivas de “formar”, o si bien vale decirlo “deformar y destruir” sus personalidades y su esencia.
Pregúntense, Papá y Mamá, con la mano puesta en el corazón, si desean ser recordados con miedo o con admiración.
Pregúntense si desean ser un modelo a seguir o un modelo a temer.
Pregúntense si desean formar seres obedientes que no cuestionen nada ni a nadie; o si desean dejar al mundo seres libres, con pensamiento propio, capaces de soportar y superar cualquier intento de chantaje, manipulación o alienación de parte de quien sea.
Comiencen, dando el primer paso, que es el perdón. Y perdonen, de una vez por todas, a esos seres que, muchas veces por desconocimiento, lo hicieron de una forma diferente (A veces terriblemente diferente), pero que en el fondo, pensaban que lo que hacían, era lo mejor y único que podían hacer (valga acá la redundancia).
Para poder construir ese mundo que tanto soñamos, hay que abonar primero la tierra donde estamos sembrando las nuevas semillas. Y la mejor forma de abonarla y sanarla es con el perdón. 

Mark Twain dijo una vez: "El Perdón es la fragancia que derrama la violeta en el talón que la aplastó”, y esto se pudiera adaptar a "El Perdón es la fragancia que derrama un hijo sobre su linaje masculino y femenino, hayan hecho lo que hayan hecho”.
Fácil no siempre será, pero ¿Qué tan comprometidos estamos con la construcción de un Mundo nuevo?
Y por cierto, Papás y Mamás que me leen… Feliz día del padre.

Amen, amen, amen a los demás, sin condiciones, sin exigir nada a cambio. Y a partir de hoy, que este se convierta en su principal nuevo hábito de vida.


Por Elvis Canino

martes, 16 de junio de 2015

Los niños merecen respeto.

Es increíblemente triste ver en el ciber mundo (sin hablar de la gente de afuera) como comparten "artículos" de páginas supuestamente dedicadas al cuidado infantil, donde siempre quienes salen mal parados son los niños.

Ojalá llegue el día donde los niños sean vistos como lo que son:
Seres humanos a quienes debemos respeto, cuidados y atención.
Esos "artículos" donde tildan a los niños de "mal criados" no hacen sino daño, daño a quien lo publica, daño a quien lo lee y se lo cree, daño al niño que será victima de tan viles "consejos". 

Por último y con el corazón en la mano y antes de publicar semejantes notas, debes preguntarte: 

¿Eres malcriado?
¿Tu parte emocional está equilibrada?

¿Qué herencia emocional queremos dejar a nuestros niños?
Con la mano en el corazón es más fácil encontrar respuestas verdaderas y no cargadas de falsos mitos que tanto daño han hecho a otras generaciones, estamos a tiempo.

Janeth Ivimas.



Adulta Malcriadísima.

lunes, 8 de junio de 2015

Inicio alimentación complementaria.



Alimentación complementaria.

Como su nombre lo indica es COMPLEMENTO de tu leche materna o fórmula, no sustituye, es una etapa de aprendizaje, oler, tirar y jugar, para los niños todo es juego y alegría!!!!!!


Un niño gordo por comer en exceso NO es niño sano, si le ves que juega, ríe y hace lo normal de un bebé y es delgadito/a quiere decir que está bien.

Alimentación complementaria (favor recordar que es sólo una guía, al final, ustedes deciden)
las carnes, mejor empezar más tarde y la leche de vaca no es aconsejable, sobre todo por la cantidad de NO BENEFICIOS que tiene,  igual como ya indiqué cada quien decide.

De ser posible, mantener a los bebés alejados de las chucherías, azúcar y similares por lo menos hasta los dos años de edad para que su paladar se acostumbre a los alimentos sanos, despues de los dos años se puede dar galletas y helado de vez en cuando. Pepitos, Doritos, caramelos, chupetas y similares llevan una alta carga de azúcar y aditivos químicos que su cuerpo no sabe procesar adecuadamente. Las chucherías siempre con mesura, los niños no van a extrañar lo que no conocen, mejor darles frutas :)

6 meses: Zanahoria, auyama, pera, manzana, cambur, lechoza, arroz, avena, papas, cebolla, apio, mango, plátano, melón, zanahoria

8 meses: guisantes, no enlatados, el de las vainitas (vigilar de cerca para prevenir atragantamiento), bròcoli, coliflor, mazorca (maíz)

A partir de los 9 meses: frijol, lentejas, pan, pasta, arepita, arroz, ciruela

10 meses: espinaca, acelga, chayota, caraotas, granos en general

1 año de edad: lechuga, tomate, coliflor, brócoli, durazno,  remolacha, aguacate, cítricos(fresas, naranja, mandarinas, ect), huevos, pescado, queso, miel, integrar a la mesa familiar con comida sana.
(vigilar de cerca para prevenir atragantamiento mientras están pequeños por favor)

Mariscos: esperar que cumpla los 3 años de edad
Las nueces, el maní y similares no son apropiadas para niños menores de 3 años para prevenir posibles alergias y riesgo de atragantamiento
Recordar que que la alimentación complementaria como su nombre lo indica es complemento, no sustituto de la lactancia materna. De la paciencia que tengamos en esta etapa, los niños aprenden a comer con calma, tranquilidad y gusto.
Enlace interesante:  Niños que no comen
Video del Pediatra Carlos González 
Sobre los cereales "infantiles"
Higiene dental en bebés