miércoles, 26 de junio de 2013

Las odiosas comparaciones.

No es maltrato a un niño solamente el golpearlo o abandonarlo, los “adultos” gustan mucho de comparar a los pequeños, esos seres indefensos que no pueden aún defenderse mediante la palabra y cuando pueden hacerlo se les calla con un rotundo: Respete que es su tío o eres muy pequeño para….
Pero estamos nosotros respetando a un niño a quien comparamos con el vecino? Un niño a quien decimos a los padres que el hijo de “fulano” tiene 2 años y habla bien o la hija de mi compañera x dejó los pañales cuando tenía 1 año?
Personalmente no me afecta mucho lo que los “adultos” piensen o dejen de pensar de mí y como crio a mi hija y digo no me afecta “mucho” porque sí han logrado hacerme dudar por “segundos”, pero pienso en tantas familias que sucumben ante los comentarios de los demás y empiezan a presionar a su hijo para que entren al mundo adulto y ganar ante los demás la medalla ilusoria de ”buen padre” o de “madre con carácter”
Yo disfrutaba un mundo de la manera de hablar de mi hija por decir algo,a los dos años,  disfruto cada instante a su lado, porque ha crecido más rápido de lo que yo esperaba, la acompaño en su desarrollo y estoy feliz que sea ella mi hija, que crezca en sus tiempos y no me interesa si la hija del vecino es más inteligente que la mía.
Las odiosas comparaciones sólo empiezan a instaurar en los niños una sed de competencia nada sana y si muy dañina, porque molestamos su autoestima al creerse inferiores o malos por no cumplir las expectativas creadas en torno a ellos y los empujamos a competir y aprender el duro “arte” de ser el mejor para complacer y ellos enseñaran eso a sus hijos y será un espiral de nunca acabar donde todos queremos la aprobación para lograr un poco de felicidad.
Todas las personas somos diferentes, pues los niños también y debemos respetarles sus tiempos y sus necesidades, pueden parecerse en algunas cosas a otros niños, pero tienen todo el derecho a tener diferencias.
Si los “adultos” están tan conformes y sorprendidos con el niño “superdotado” en cuestión, pues que visiten a ese niño para que sea feliz, porque nuestros hijos han venido a este mundo para buscar su propio camino y no para seguir el camino trazado por otros.
Debemos confiar en nosotros y nuestros hijos, así sean de verdad más lentos o menos inteligentes que los otros niños, no mermemos su capacidad ni los hagamos sentir menos que los demás, cada uno de los seres humanos venimos a este mundo con nuestras propias capacidades y en nuestro interior está la respuesta al camino a seguir. Podemos ayudarlos y guiarlos pero no presionemos y menos comparándolos.
Disfrutemos de las individualidades de nuestros hijos, crecen muy rápido y no nos dejemos sentir menos por ese hijo del vecino “tan lindo y listo” que casi siempre es un espejismo y nada más.
O aquellas señoras con hijos ya adultos que dicen que no hacían berrinches, comían de todo, se portaba bien, en fin eran unos muñequitos de vitrina.....
Cómo se sentirá ese "adulto" si como respuesta le digo que conozco un Señor de su edad más educado y elegante que él???.......:))
Los jardines más hermosos tiene en su interior árboles y flores que han crecido muy bien cuidadas, pero nadie ha tirado de sus hojas para que crezcan más rápido.

miércoles, 19 de junio de 2013

Carta abierta a todo aquel que conoce a mi hija.

Esto lo escribí en Mayo del 2.011, lo comparto hoy con ustedes en este espacio: 


Al día de hoy ella tiene 3 años y 6 meses, es una niña sana, juguetona, vive envuelta en su mundo de fantasías donde a pocos deja acceder y comparte sus sueños de princesa, pajarito o perrita (hasta ladra!). Es sabido que los “adultos” en su gran mayoría tenemos carencias de afecto, de abrazo, de cariño y vamos por la vida intentando llenar esos vacíos con falsas dependencias que nos provocan placer sólo por un momento (que van desde el consumo en exceso de bebidas alcohólicas hasta las drogas y un largo etc) y en cuanto tenemos frente a nosotros un niño de mirada suave inmerso en su mundo maravilloso, entonces no tenemos las herramientas necesarias para comunicarnos con él o queremos pasarnos de “graciosos” con bromas pesadas que aunque el niño no entienda, va grabando en cada célula de su ser. Por todo esto pido un trato respetuoso y amable para mi hija, un trato que esté basado en el cariño (que se le tienen de sobra), en el respeto (ese mismo que más adelante pedirán los “adultos”), dejando de un lado las mentiras por muy “blancas” que estas sean (tipo hacemos x cosa más tarde y más tarde no llega nunca), los engaños (por muy inocentes que parezcan). Mi hija al igual que todos los niños pequeños aún carece de malicia, ha crecido rodeada de amor y afecto (en la misma proporción he llenado mis vacíos, pero no a costa de ella, sino gracias a ella), y aunque va creciendo rompiendo moldes y en contra vía, se que como padres lo hacemos bien, por lo menos hasta ahora, quienes la conocen de verdad saben que es así y hasta sienten orgullo de cómo es ella. Por lo tanto no veo la necesidad de seguir gastando mi energía (esa misma que necesito para continuar acompañando y aprendiendo de la mano de mi hija), para hacer un alto y pedirle a usted como adulto que:
No imite el hablar de mi hija
No se burle de sus limitaciones de niña pequeña
No la engañe con falsas promesas
No haga bromas de ningún tipo si esa broma no la haría a un “adulto”
No le pregunte más de una vez por el "cole", si ya usted sabe que no va, respete mi decisión, si la conoce en persona ya sabe como es, por tanto por ahora NO necesita ir al "cole".
No pase sus miedos a ella (miedos a caerse, ahogarse (si, he escuchado de todo)
Y la que ha sido mi constante lucha: no ponga en sus manos ni en la boca de ella ningún tipo de “comida basura” que usted sabe no consume, en su lugar déle una fruta de preferencia manzana que ya todos saben es su favorita.
Esperando esta misiva llegue a destino y deseando continuemos juntos el camino del crecer de Eva.

Atentamente
Janeth Ivimas, orgullosa mami de Eva.

domingo, 16 de junio de 2013

LOS NIÑOS NOS IMITAN!

En sus primeros siete años de vida el niño está totalmente entregado a su medio ambiente. Siente plena confianza, pues él está fusionado con su entorno y no puede sustraerse de esa entrega. Por lo tanto no será lo mismo si el ambiente es armónico o caótico. En esta edad el niño es totalmente maleable, “blando” comparable con la cera. Todo lo incorpora sin barrera protectora, sin filtro alguno y se graba en él.
Él no solo capta percibe e internaliza lo que observa sino más bien lo que anima a las cosas, las personas, etcétera.
No solo ven a su mamá sino que sienten, vivencian sus pensamientos, sus intenciones, su disposición de ánimo, su estado de salud, etc. Y todo lo que observa y vivencia del medio ambiente, lo imita.
Pero no sólo imita lo que ve y escucha sino que al imitar lo vuelve a vivenciar con el modo, las intenciones, afectos, agresiones, etc., es decir con las fuerzas que acompañaron ese hecho, ese episodio, ese instante del cual nosotros como adultos ni nos hemos percatado. Y todo eso se impregna en él.
En la primera infancia el adulto no puede evitar afectar al niño, él actúa sobre el mismo por su sola presencia.
Todos los sentimientos, pensamientos y preocupaciones que ocurren en el mundo interior de los adultos no están ocultos para el niño. Éstas son realidades que el niño hace propias y nos la refleja constantemente.
Los niños observan instintivamente las decisiones que toman sus padres, las libertades y los placeres que se permiten, las capacidades que desarrollan, las aptitudes que ignoran y las reglas que siguen. Todo eso tiene un efecto muy profundo en ellos. Ellos ven en nuestras actitudes un modelo de cómo se debe vivir.
Cuando vemos nuestras propias actitudes indeseables reflejadas en nuestros hijos, los retamos.
El niño no comprende por qué, si sólo está imitando lo que le enseñamos sistemáticamente a diario. No puede discriminar, está entregado y sólo puede absorber y espejarse en aquello que ve reflejado en nosotros y en su entorno.
A partir de los siete años empieza a tener un poco más de autonomía con respecto al ambiente que lo rodea. Ya no imitan tanto nuestras acciones y buscan en otros, nuevas modalidades para manejarse en el mundo.
Pero la vida afectiva de quienes lo rodean y lo que no alcanza a aflorar a la conciencia sigue penetrando inmediatamente en él.
Ya se trate de felicidad o tristeza, tensión nerviosa o serenidad, alegría de vivir o angustia, el niño no solo es fiel testigo de ello, sino que experimenta toda la emoción como si la recibiera a través de un cable subterráneo. Se alimenta de lo que le sucede al adulto y con ese material, por así decirlo, integra los elementos de su vida interna.
Lo que el niño necesita en esta época es que el adulto provea imágenes que lo ayuden y lo orienten a resolver sus problemas y perturbaciones.
En este septenio, su vida psíquica se halla íntimamente vinculada al adulto y de él depende sobremanera. Le parece bueno, justo y hermoso todo lo que a los mayores conmueve y es a través de los ojos de los adultos que poco a poco aprende a ver y conocer el mundo ya se trate de realidad moral o del universo físico.
La fervorosa admiración del adulto hacia ciertos personajes representados, así como su desprecio y aversión por los viles, se transmitirá a los niños inevitable y directamente. Es ésta participación interna la que engendrará su sentido moral y sensibilidad.

(Tomado del Libro “Tu Hijo como espejo" por Sandra Aisenberg y Eduardo Melamud)

jueves, 13 de junio de 2013

De leyes y prohibiciones



Soy férrea defensora de la Lactancia Materna, amamanté a mi hija en exclusiva durante 6 meses y le seguí dando mi leche después de iniciar la alimentación complementaria. Hoy recuerdo con un dejo de nostalgia las noches en vela, los despertares nocturnos, el ir hasta el baño con ella pegadita a la teta, recuerdo con una sonrisa lo distante que estaba mi ideal de amamantar a la realidad, hasta que nos acoplamos y todo empezó a fluir con algunos inconvenientes como obstrucciones, principios de mastitis ganas de destetarla en la noche para dormir mejor. Nunca lo logré. A la primera queja le daba su teta de nuevo.
Recuerdo como mi esposo dejaba todo listo, desde el desayuno hasta la fruta picada para que yo me dedicará por completo a la bebé. Nadie se lo dijo, lo hizo por puro y paternal instinto.
Nunca tuvimos apoyo presencial ni de los pediatras. Me cambié cinco veces de pediatra el primer año de vida de mi hija porque nos miraban feo cuando ella me sacaba la teta en plena consulta. Más bien, recibimos mucho apoyo virtual y el informarnos mucho sobre la Lactancia Materna, lo que me llevó a hacer cursos para certificarme en el tema.
Hoy sale en la prensa nacional que está por aprobarse una reforma de la Ley de Lactancia Materna, pero esta reforma se erige sobre la prohibición. Por experiencia personal, sé que de restringir y vetar no queda nunca nada bueno. No se a ciencia cierta que desglose se hará de tal reforma. Hasta ahora solo se sabe que prohibirá el uso de teteros y fórmulas lácteas en casos puntuales.
Estoy de acuerdo con esta ley si, Y SOLO SI,
1.- Es para impedir que en los hospitales les den a los bebés sin consentimiento de sus madres biberones
2.- Es para impedir las trabas que se les pone a las madres lactantes en muchas consultas pediátricas diciéndoles que su leche no alimenta.
Adicionalmente considero que para proteger la Lactancia Materna, que es el caso que nos ocupa, se debe INFORMAR, empezando por el gremio médico, y APOYAR emocionalmente a la madre para que sea capaz de lograr poner su cuerpo a disposición de su bebé (o sus bebés en el caso de los múltiples). También se debe asegurar que cuente con grupos de apoyo para no sentirse sola, que se sienta tranquila con su bebé para alimentarle y sostenerle el tiempo que dure la lactancia.
De igual manera se debe EDUCAR a la familia en general, a los padres, abuelos, tíos, hermanos, mejores amigos para que apoyen y ayuden a la madre en el hogar de manera que ella tenga la disponibilidad de tiempo para atender a su bebé, porque no se trata solo de prohibir, se debe tratar de INFORMAR, SOSTENER, AYUDAR a las madres para que logren el fin: amamantar a sus hijos de una manera armoniosa porque detrás de una ley que obliga y prohibe puede existir la realidad de una mujer que vive bajo la presión social y cultural del deber de atender a otros hijos, a un marido, a la casa , un horario laboral y de paso estar a los 40 días disponible sexualmente para el hombre si tiene pareja o bien ser madre soltera con poco o ningún apoyo.
Por eso es menester que de la mano de dicha aprobación vaya la EDUCACIÓN EMOCIONAL E INTEGRAL A LA FAMILIA, especialmente del esposo y padre. De no ser así se puede incluso conseguir un efecto negativo al imponer la lactancia materna a las mujeres, porque hay situaciones distintas, porque no todas contamos con una pareja que protege y un entorno que apoye, porque no todas estamos en la capacidad de poner nuestro cuerpo a la disposición de un bebé que se alimentará en exclusiva no sólo de nuestra leche, sino también de nuestras emociones, realidades, sombras y luces y todo eso despierta en las mujeres después de ser madres y muchas veces hay que ser muy valientes para encararlo. Se puede hacer, pero no solas y sin apoyo.

miércoles, 12 de junio de 2013

Teta Para Dos

Relato de Joan, una queridìsima amiga virtual, su nenè mayor y mi nena tienen la misma edad (5 años) , aùn recuerdo con tanta alegrìa nuestros encuentros virtuales para contarnos el dìa a dìa y crecer de nuestros hijos, nuestra lactancia, las travesuras, cuantas anécdotas guardadas ahora en el recuerdo......... (el relato es de Mayo del 2.012)
Al enterarme un 22 de enero de 2011 que estaba embarazada  por segunda vez, sentí una alegría enorme. Pues mi esposo y yo queríamos darle un compañerito de juegos a nuestro niño de 3 años. Muchos pensamientos llegaron a mi cabeza, pues mi querido hijito aún se pegaba  en la teta y no me sentía preparada para un destete. Comencé a hacer planes y a buscar información sobre lactancia en el embarazo. Aunque mi nene no se pegaba con la frecuencia de cuando tenía 2 años, seguía buscando su tetita al dormir, muchas veces en la madrugada y al levantarse. Debo añadir a mi relato mi relación  con mi hijo.

Mi primer hijo ha sido lactado exclusivamente, y a demanda desde que nació. Para el su "tita” como le decía, era lo más especial del mundo, su juguete preferido. Se pegaba por hambre, por sueño, por alegría o por consuelo. Mi nene no hacía más que ver mis pechos desnudos y se emocionaba, rápido le brillaban los ojitos. Durmió siempre junto a mi esposo y a mí en nuestra cama y para nosotros, era la mejor sensación de todas, saber que velábamos sus sueños y que él se sentía seguro.

Pasaba el tiempo y ya la cama se estaba haciendo incomoda para los tres, así que decidimos comenzar a poner al nene a dormir en su cuarto,  en su camita, unos días dormía conmigo otros con su papá . Ya a mi segundo mes de embarazo mi hijo comenzó a dar señales de destete, pues apenas se pegaba, llegó el momento que estuvo hasta una semana sin pegarse. Eso llego a darme tristeza, y en mi interior me sentía culpable, pues pensaba que con mi embarazo lo estaba forzando a crecer.

Pasaron los meses y mi barriga crecía, mi niño disfrutaba de darme masajitos con loción.  Yo me tomaba el tiempo para explicarle que mi barriga estaba así de grande pues había un bebe dentro de ella. En ocasiones me miraba como si no entendiera. En otras solo repetía: “pipa, pipa” En los últimos 4 meses, mi niño volvió a mí. No quería despegarse de mi lado y nuevamente las secciones de “teta” comenzaron, esta vez era más corriditas. De la noche a la mañana solo quería que lo arrullará en el sillón mecedora y que le cantará para dormir. Todo eso comenzó a preocuparme, pues que sería de mi cuando llegará el bebé. Aunque había leído sobre la lactancia en tándem, pensaba que debía ir destetando al grandecito para tener una lactancia exitosa con el bebe. También pensaba que mi leche no daría para satisfacer las necesidades del baby si mi nene mayor continuaba. No quería ser una mala madre para ninguno de los dos. Una buena amiga me dijo que no debía preocuparme que yo sabría qué hacer y que mi amor era suficientemente grande para los dos.

Por otro lado tenía una preocupación mas. Mi niño comenzaria  a ir a la escuela. Eran tantos cambios para el pobrecito, que ya comenzaba a asustarme. Mi bebe naceria para el mes de diciembre, un mes después del comienzo de clases. Como iba a sobrevivir mi  nene, me preguntaba. Era la primera vez que estaria lejos de mi esposo y de mi, la primera vez que estaria con gente extraña, la primera vez interactuando con niños de su edad. Era un golpe muy fuerte para todos., pero tambien sería un alivio para mi, pues en ese tiempo  iba a poder darle más atención al bebe.


Al noveno mes ya mi chico no quería dormir con su papa, solo conmigo. Yo seguía preocupada , pues no podría dormir con un recién nacido y un toddler en la misma cama. En ocasiones sentía gran ansiedad por no saber lo  que me deparaba el futuro.  El primer día de clases de mi niño fue horrible para su papá y para mi. El entro a su salón y comenzó a jugar y nos dijo adiós como si nada. Al cerrarse la puerta de salón empecé a llorar. Para mi era el fin del mundo, pues nunca, nunca me había separado de el por mas de dos horas y ahora estaría lejos de mi, casi el día entero. Su papá fue otro que estaba melancólico con el asunto de la escuela. No fue fácil ni para el,  ni para nosotros . Pero poco a poco todos nos acostumbramos. Una semana antes del nacimiento  llegarían mis suegros. Ellos se quedarian con mi hijo mayor a la hora de irme al hospital. Esa semana antes sirvio para que mi nene y sus abuelitos  fueran acostumbrándose, pues como vivimos en paises diferentes, son muy pocas las que mi nene comparte con ellos.

Al fin llegó el gran día, debía salir temprano en la madrugada hacia el hospital, donde me harían la cesárea planificada. Al despertar  y ver a mi niñito de 3 años dormidito me dio mucha tristeza, pues era la primera vez que debía dejarlo y nunca nos habíamos separado desde el momento en que nació. Me vestí rápidamente , para no despertarlo, su abuelita paterna se quedo a  su cuidado.  De camino al hospital comencé a llorar, apenas unos minutos habían pasado y ya lo extrañaba. No sabía como la iba a pasar sin mí, como iba a dormir sin mí, esos días que debía permanecer en el hospital. Pero allí estaba mi esposo para darme todo el apoyo que necesitaba y me decía que todo estaría bien.
La cesárea estaba planificada para las 7:30 de la mañana , pero hubo unos retrasos y entre un poco más tarde a sala de operaciones. A las 8:47 nació mi bebe. No existen palabras para describir  mis sentimientos en esos momentos. El oír su llanto fue la emoción más grande del momento. Pensaba que por ser la segunda vez posiblemente el entusiasmo seria menos , pero me equivocaba mi corazón se estaba llenando de amor  hacia ese nuevo bebe y el entusiasmo fue igual o más fuerte que la primera vez. Al momento que me pegaron su carita a mi rostro y pude sentir el tierno aroma de su piel fue suficiente para enamorarme una vez más. En menos de una hora ya me encontraba en mi habitación con mi bebe en brazos lactándolo y esperaba muy feliz la llegada de mi primer hijo y sus abuelitos. Quería ver cuál sería su reacción.

Mi querido hijito entro corriendo al cuarto, gritando “mami” “mami”. Yo estaba justamente con el bebe en brazos alimentándolo de mi. Mi esposo subió a la cama al chico grande  para que nos besara, el se quedo mirando asombrado al bebe, yo tenía miedo que fuera a tratar de sacarlo de mala gana o a llorar por ver a otro en su lugar. Yo solo le dije: ven con mami, quieres pegarte  a la otra tetita?
El rapidito se pego y al hacerlo sentí como mi corazón crecía y crecía ,llenándose de amor en instantes. Dos pedacitos de mi alimentándose de mi ser, de mi alma.

Esas dos noches en el hospital, fueron para mi eternas. Extrañaba tanto a mi niño. Me preguntaba como la estaría pasando sin mi. Para mi sorpresa, me decían que la estaba pasando bien y que en las noches no había tenido problemas para dormir. Debo confesar que la primera vez que lo vi en el hospital, fue como ver a un nuevo niñito, más grande y maduro, y el tiempo me lo dio a demostrar. Al regresar del hospital todos esperaban con alegría, en especial el hermano mayor, todo emocionado. Lo más dificil en esas primeras semanas , era mantenerme alerta  y un poquito a la defensiva con mi nene mayor, para que no me lastimará la herida. Siempre buscaba en momento para darle atención exclusiva. Fue íncreible como ver a mi niño mayor interactuar con su hermanito, como se preocupaba al verlo llorar, como lo acariciaba y como no le daban los celos que yo tanto temía. Definitivamente mi niñito había crecido  con la llegada de su hermanito.

Los meses han seguido pasando, ya mi bebe tiene 7 meses.Las cosas han caido en su lugar.He sabido, no dividir mi tiempo entre los dos, si no multiplicarlo, para que los dos se sientan enormemente amados. Mis dos hijos se adoran y se buscan entre si. Aún con casi 4 años de diferencia, juegan juntos , se rien y siguen compartiendo algo que los unirá toda la vida, "teta para dos" lo mejor que les puedo brindar, la mejor leche, la mía.
Actualizando hoy 12 de Junio de 2.013, su hijo mayor tiene 5 a~os y 6 meses y el bebo 1 y 8 meses
Acá pueden leer más experiencias de Mamis que lactan en tandem
Acá hay otro enlace de mamis que amamantan en tandem

viernes, 7 de junio de 2013

El código de la felicidad.

Han escuchado la palabra Mamitis?
Yo sì, y me enerva sobre manera,  siempre intento llevarlo con humor, por ejemplo si quien profiere esta palabra tan odiosa tiene algún amigo con quien suele salir en plan de farra, le digo:
Y tù tienes Joseìtis y nadie te dice nada….y allì muere la burla, porque me parece una burla, un niño pequeño tiene todo el derecho a tener mamitis, papitis o lo que le provoque. El niño està resolviendo en ese momento lo que necesita con su figura principal de apego, tan necesaria para crecer emocionalmente sano y seguro.
Lo increíble es que es bien visto cuando una pareja de enamorados anda juntos de la mano, abrazados, pueden arrancar hasta suspiros de satisfacción, pero si ven un niño que ya camina en brazos de alguien es como si fuera el fin del mundo.
Cuando una pareja se va de luna de miel todos halagan ese viaje y lo feliz que se les ve unidos. Lo contrario sucede con una madre y su pequeño bebé acabado de nacer o de pocos meses o años de vida, ya desde su llegada al mundo pretenden separlo de su madre “para que sea independiente” y luego cuando los hijos están grandes los atienden hasta con más afán que cuando estaban pequeños, llegando incluso a ser “padres molestosos”.
Volviendo al caso de las parejas en matrimonio, pasados los años si entran en “crisis” de los tantos años la mayoría preocupados acuden a buscar ayuda profesional para volver a conciliar la unìon lo cual es paradójico que se busque reconciliación con la pareja y la “independencia” a como dé lugar de un bebé o niño pequeño que necesita los brazos de sus padres el amor la paciencia y cuidados para crecer feliz y no con carencias emocionales.
Personalmente fui muy criticada por levantar  en brazos a mi hija, mientras secretamente piensaba cuanto se han perdido de ser besados por una tierna boca de dos años, abrazados porque sí, y que te devuelvan día a día con creces el amor dado.
Mi corazón salta de pura emoción, esa que sientes cuando la satisfacción inunda nuestro ser.
Miren este video, como el bebé se alegra al estar de nuevo en los brazos de su madre: 

miércoles, 5 de junio de 2013

El Adiòs a mi padre, los niños y la muerte.

Eva de meses de nacida en brazos de su abuelito.
Nunca le he temido a la muerte, por lo menos no a la mìa, mis miedos se enfocan al perder física y presencialmente a los seres amados, esos que nos iluminan los días, con quienes nos disgustamos y volvemos a rencontrar para asì ir fortaleciendo los lazos sean familiares o de amistad.
La gente tiene parámetros establecidos para dejar participar o no a los niños de la muerte de un ser amado, el común es esconderles el hecho tras telones de fantasìa que pueden confundir al pequeño.
Hace casi año y medio desencarnò mi padre a sus 87 años, pese a pasar su última treintena con padecimientos del corazón y los intestinos, su perseverancia y amor a la vida lo mantenían entre sus males fuerte y muy lùcido y claro en sus convicciones y decisiones, le gustaba cuidarse y se mantuvo activo y saliendo hacer sus diligencias hasta tres semanas antes de partir del mundo terrenal.
Mi papà cometió muchos desaciertos en la crianza de nosotros sus 10 hijos, pero a medida que me hacìa mayor muchas de sus buenas enseñanzas calaron en mi y eran parte de mi personalidad. Despues de ser madre aprendì a disculpar muchas de sus conductas mientras re-aprendìa entre literatura y grupos de crianza como educar a mi hija de una forma amorosa y deslastrarme de pesos emocionales heredados (como dice Louise Hay, somos victimas de  victimas). Èl no fue un padre cariñoso, pero si muy responsable, siempre preocupado por sus hijos aùn y cuando ya no viviéramos bajo el mismo techo, no nos regalaba abrazos pero si sabios consejos de vida, no nos prodigaba besos pero si nos heredò a la mayoría el amor al prójimo, a lo hermoso de ayudar y compartir con los demás, el amor a los animales, a las plantas, a la naturaleza y lo enseño no hablándolo ni dando sermones, sino con hechos.
Me avisaron a finales de Noviembre de 2.011 que mi padre estaba en una clínica, me dijeron que no era grave, que me quedara tranquila y me iban avisando las novedades, igual al otro dìa viajè a la ciudad donde està la casa materna, me llevè a Eva  de entonces recién cumplidos 4 años y llegamos directo a la clínica, pude verlo un rato y jamàs me pasò por la mente ni ese ni los días siguientes que esos días eran los últimos en la vida de mi padre. Todos los días que estuvo interno lo visité, las veces que pude burlè la vigilancia para que viera a su nieta, y vaya que valia la pena ver su cara transformarse con la sola presencia de Eva. Fueron 6 dìas en la clínica de los cuales dos estuvo muy incomodo en una unidad llamada “cuidados intermedios” donde en lugar de paredes tenía como unas cortinas que le quitaban la privacidad y eso para èl no era bueno y el ruido de la central de enfermera no lo dejaban descansar. Un hermano que es mèdico supo a los días por sus colegas y lo que arrojaban los exámenes clìnicos que mi papà iba a morir, no dijo nada, debe haber sido muy duro para èl saber que mi papà estaba por partir físicamente de nuestras vidas, yo como buena bruja lo descubrì y por supuesto no pude decirle nada a mi madre, sòlo lo compartì con un hermano, es una situación bien difícil, pero en mi fuero interno creìa en la sanación de mi padre, en su mejoría y que lo tendríamos unos años màs andando en nuestras vidas, entre sus matas, con sus temas y manìas que a veces nos costaba aceptarle.
Diez días estuvo luego en casa, lo cuidaba como a un niño, le cocinaba, lo peinaba, le compraba agua de coco que siempre le gustò tanto, mientras mi mamà estuvo siempre a su lado, casi todos mis hermanos pendientes de su mejoría. Mi hija Eva se portò a la altura, aunque a veces resentía mi cansancio y mi nerviosismo le hacìa cambiar carácter a ratos, pero luego volvìa a ser la niña de siempre, nunca le escondì nada, espero esto aleccione a quienes dicen que la tengo en una cajita de cristal, pienso que del amor que se le de a los niños ellos tendràn maneras de llevar lo que la vida les depare, es mi humilde opiniòn. Mi esposo viajò 5 dìas antes de partir mi padre, estuvo con nosotros y le diò mucha paz espiritual mientras le mostraba màquinas que papà decía que en Enero las querìa comprar, tal era su amor a la vida, pero al final nos dejó físicamente, Elvis sostuvo sus manos y lo escuchò decir “con que esto es la muerte”……….., y sabemos que Elvis estaba allì porque en ese momento fue su àngel y ninguno de nosotros iba a tener la fortaleza de escuchar a mi papà decir esa frase.
Papà fue un hombre de duro proceder, pero de alma noble, tanto que el Universo le permitió morir en paz, en su casa, en su habitación, rodeado de parte de sus hijos, tomando las manos de mi esposo entre las suyas primero y luego de las de mi madre, su compañera de camino por 57 años, mientras yo tomaba su otra mano y  mi hija Eva le cantaba la canción “los pollitos dicen”, que sabía le encantaba, ella observò y fue partìcipe de la partida fìsica de su abuelito, sin telones ni mentiras,  por primera vez en la vida tuve el valor de decirle a mi padre que lo querìa mucho, muchas veces. Pudo ver esos días a todos y cada uno de sus hijos, en mi alma queda el alivio de haber estado siempre presente a través del tiempo y que siempre pese a las diferencias volvì, una y otra y otra vez, sin orgullo y con el amor como bandera y a su partida pude literalmente entender que el corazón duele de verdad, jamàs he sentido tanto dolor en mi vida ante la partida física de alguien. El consuelo va llegando con el paso de los días, supongo que se aprende a vivir con la ausencia del amado, y gracias al Universo he tenido el apoyo y compañía de mucha gente, quienes de forma presencial, con mensajes de texto o en mi muro de face me han dado aliento, cada vez que Elvis me decía que alguien había escrito en mi muro era como sentir una càlida brisa en mi rostro, pero aùn no tenía ni las fuerzas ni ganas de volver al ciber mundo.
Mi padre en su juventud.

Papà: cuando escuchaba a tus sobrinos en el funeral hablar de tu cariño hacia ellos, de la complicidad, entendí que si nos criaste con “mano dura”  fue porque era como sabìas hacerlo, obraste asì errando pensando en hacernos “ciudadanos de bien” y se debe disculpar cuando se actúa mal por ignorancia, a tu partida no me debes nada, yo te adeudo tus enseñanzas en otras lides. Siempre fuiste un abuelo cariñoso con tus nietos, con Eva siempre actuaste con tanta dulzura,  nobleza y paciencia, entonces estos 4 años supe que detrás de esa aparente dureza estaba un padre cariñoso y bondadoso, sòlo que no sabìas hacerlo de otra forma y temìas “echarnos a perder”.
No quiero olvidarte, quiero que tu recuerdo impregne siempre mi vida y me guiès con tu luz desde donde estès, simplemente TE AMO por siempre………. Bendiciòn!!!!!!!!!!!!!!
Acá les dejo una guía que me llegó hoy, para hablar a los hijos de la muerte.

martes, 4 de junio de 2013

El llanto del bebé

1. En general, intuimos lo que le pasa al bebé con algo de antelación: «Sé que dentro de un rato
tendrá hambre, falta poco para que tenga sueño...». De 0 a 6 meses hemos de intentar anticiparnos a lo que pasará; así evitamos que suba su nivel de estrés y eso es muy beneficioso para un bebé. A partir de los 6 meses los bebés pueden gestionar un poquito más su estrés y no hace falta anticiparse, pero sí responder con prontitud.
2. Es posible que no adivine por qué llora el bebé o que él esté muy sobrepasado y por ello cueste calmarlo. Entonces siga estos pasos:
1. Intente primero relajar al bebé: darle el pecho, el chupete, mecerle, susurrarle...
2. Mientras, usted intente también mantenerse en calma.
3. Si usted pierde la paciencia, intente hacer turnos con otra persona que sea muy próxima al niño (el otro miembro de la pareja, a abuela, la canguro...) para que el niño se sienta seguro y se relaje.
En bebés pequeñitos se ha comprobado que todo lo que les recuerde al útero materno va muy bien para tranquilizarles. Por eso, el estar piel con piel con su madre, en un lugar tranquilo, sin excesiva luz, oyendo la voz suave  de su madre y acariciándole, puede funcionar.
Hay una diferencia enorme entre una caricia y el masaje infantil. Los masajes infantiles también funcionan muy bien en estos casos, pero por experiencia no los recomiendo cuando el llanto del niño es muy descontrolado, sino sólo cuando su malestar sea leve. Es mejor calmarlo primero acariciándolo y, si queremos, después, una vez calmado, podemos hacerle un masaje relajante.
4. Permanecer con el niño Si no lo averiguamos, hemos de tener el pleno convencimiento de que le pasa algo; por lo tanto, vamos a permanecer a su lado e intentaremos al menos darle nuestro consuelo, ya que no podemos ayudarle más. 
Rosa Jové

lunes, 3 de junio de 2013

¿Un hogar, o una tacita de plata?



Muchos padres “amargan” la niñez de sus hijos y la tranquilidad hogareña con el afàn de conservar siempre su casa, en perfecto estado de orden y limpieza. Lo cierto es que donde hay niños pequeños que estén creciendo en Libertad y explorando es prácticamente imposible mantener el orden y la limpieza para que nuestra casa sea “Una tacita de plata”. El dìa a dìa se convertira en una batalla campal de nunca acabar, que terminarà justo cuando nuestro hijo sea lo suficientemente grande o sus manos hayan adquirido la habilidad de no resbalar un vaso sobre la alfombra recién comprada o dejar caer comida sobre el suelo que se acaba de limpiar y donde nos estábamos mirando orgullosos nuestro rostro reflejado de lo pulcro que habìa quedado , hasta que unas pequeñas manos en su afàn de practicar comer solo, manchò o ensucio nuestro trabajo de limpieza recièn culminado con tanto esfuerzo.
No estoy diciendo que nuestra casa debe parecer un caos mezcla de mugre y desorden, pero si debemos ser lo suficiente pacientes y tolerantes para “soportar”? que nuestro hijo està aprendiendo en el dìa a dìa, y para ello necesita explorar, practicar con sus manitos a través del largo pasillo de casa el equilibrio que supone perseguir a mamà con su plato de comida y que se le resbale en el intento. O que juegue y mantenga un “estricto orden” con sus juguetes. La educación se debe dar de acuerdo a la edad del niño, siempre con paciencia y amor, igual llegaremos a la meta, pero todos màs felices y menos frustrados.
Si en nuestras casas hay niños pequeños, no pretendamos mantenerla como si sòlo habitan adultos en ella, ellos “pertenecen” a la familia y tienen derecho a disfrutar el hogar tanto como nosotros.
Una taza de plata se adquiere en cualquier tienda especializada, un hogar es producto del dìa a dìa, del amor sembrado y regado en el a diario, de la comprensión y aceptación entre sus miembros. Ah! y de los besitos con sabor a comida que quedan plasmados en nuestras mejillas.