miércoles, 19 de junio de 2013

Carta abierta a todo aquel que conoce a mi hija.

Esto lo escribí en Mayo del 2.011, lo comparto hoy con ustedes en este espacio: 


Al día de hoy ella tiene 3 años y 6 meses, es una niña sana, juguetona, vive envuelta en su mundo de fantasías donde a pocos deja acceder y comparte sus sueños de princesa, pajarito o perrita (hasta ladra!). Es sabido que los “adultos” en su gran mayoría tenemos carencias de afecto, de abrazo, de cariño y vamos por la vida intentando llenar esos vacíos con falsas dependencias que nos provocan placer sólo por un momento (que van desde el consumo en exceso de bebidas alcohólicas hasta las drogas y un largo etc) y en cuanto tenemos frente a nosotros un niño de mirada suave inmerso en su mundo maravilloso, entonces no tenemos las herramientas necesarias para comunicarnos con él o queremos pasarnos de “graciosos” con bromas pesadas que aunque el niño no entienda, va grabando en cada célula de su ser. Por todo esto pido un trato respetuoso y amable para mi hija, un trato que esté basado en el cariño (que se le tienen de sobra), en el respeto (ese mismo que más adelante pedirán los “adultos”), dejando de un lado las mentiras por muy “blancas” que estas sean (tipo hacemos x cosa más tarde y más tarde no llega nunca), los engaños (por muy inocentes que parezcan). Mi hija al igual que todos los niños pequeños aún carece de malicia, ha crecido rodeada de amor y afecto (en la misma proporción he llenado mis vacíos, pero no a costa de ella, sino gracias a ella), y aunque va creciendo rompiendo moldes y en contra vía, se que como padres lo hacemos bien, por lo menos hasta ahora, quienes la conocen de verdad saben que es así y hasta sienten orgullo de cómo es ella. Por lo tanto no veo la necesidad de seguir gastando mi energía (esa misma que necesito para continuar acompañando y aprendiendo de la mano de mi hija), para hacer un alto y pedirle a usted como adulto que:
No imite el hablar de mi hija
No se burle de sus limitaciones de niña pequeña
No la engañe con falsas promesas
No haga bromas de ningún tipo si esa broma no la haría a un “adulto”
No le pregunte más de una vez por el "cole", si ya usted sabe que no va, respete mi decisión, si la conoce en persona ya sabe como es, por tanto por ahora NO necesita ir al "cole".
No pase sus miedos a ella (miedos a caerse, ahogarse (si, he escuchado de todo)
Y la que ha sido mi constante lucha: no ponga en sus manos ni en la boca de ella ningún tipo de “comida basura” que usted sabe no consume, en su lugar déle una fruta de preferencia manzana que ya todos saben es su favorita.
Esperando esta misiva llegue a destino y deseando continuemos juntos el camino del crecer de Eva.

Atentamente
Janeth Ivimas, orgullosa mami de Eva.

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