miércoles, 26 de junio de 2013

Las odiosas comparaciones.

No es maltrato a un niño solamente el golpearlo o abandonarlo, los “adultos” gustan mucho de comparar a los pequeños, esos seres indefensos que no pueden aún defenderse mediante la palabra y cuando pueden hacerlo se les calla con un rotundo: Respete que es su tío o eres muy pequeño para….
Pero estamos nosotros respetando a un niño a quien comparamos con el vecino? Un niño a quien decimos a los padres que el hijo de “fulano” tiene 2 años y habla bien o la hija de mi compañera x dejó los pañales cuando tenía 1 año?
Personalmente no me afecta mucho lo que los “adultos” piensen o dejen de pensar de mí y como crio a mi hija y digo no me afecta “mucho” porque sí han logrado hacerme dudar por “segundos”, pero pienso en tantas familias que sucumben ante los comentarios de los demás y empiezan a presionar a su hijo para que entren al mundo adulto y ganar ante los demás la medalla ilusoria de ”buen padre” o de “madre con carácter”
Yo disfrutaba un mundo de la manera de hablar de mi hija por decir algo,a los dos años,  disfruto cada instante a su lado, porque ha crecido más rápido de lo que yo esperaba, la acompaño en su desarrollo y estoy feliz que sea ella mi hija, que crezca en sus tiempos y no me interesa si la hija del vecino es más inteligente que la mía.
Las odiosas comparaciones sólo empiezan a instaurar en los niños una sed de competencia nada sana y si muy dañina, porque molestamos su autoestima al creerse inferiores o malos por no cumplir las expectativas creadas en torno a ellos y los empujamos a competir y aprender el duro “arte” de ser el mejor para complacer y ellos enseñaran eso a sus hijos y será un espiral de nunca acabar donde todos queremos la aprobación para lograr un poco de felicidad.
Todas las personas somos diferentes, pues los niños también y debemos respetarles sus tiempos y sus necesidades, pueden parecerse en algunas cosas a otros niños, pero tienen todo el derecho a tener diferencias.
Si los “adultos” están tan conformes y sorprendidos con el niño “superdotado” en cuestión, pues que visiten a ese niño para que sea feliz, porque nuestros hijos han venido a este mundo para buscar su propio camino y no para seguir el camino trazado por otros.
Debemos confiar en nosotros y nuestros hijos, así sean de verdad más lentos o menos inteligentes que los otros niños, no mermemos su capacidad ni los hagamos sentir menos que los demás, cada uno de los seres humanos venimos a este mundo con nuestras propias capacidades y en nuestro interior está la respuesta al camino a seguir. Podemos ayudarlos y guiarlos pero no presionemos y menos comparándolos.
Disfrutemos de las individualidades de nuestros hijos, crecen muy rápido y no nos dejemos sentir menos por ese hijo del vecino “tan lindo y listo” que casi siempre es un espejismo y nada más.
O aquellas señoras con hijos ya adultos que dicen que no hacían berrinches, comían de todo, se portaba bien, en fin eran unos muñequitos de vitrina.....
Cómo se sentirá ese "adulto" si como respuesta le digo que conozco un Señor de su edad más educado y elegante que él???.......:))
Los jardines más hermosos tiene en su interior árboles y flores que han crecido muy bien cuidadas, pero nadie ha tirado de sus hojas para que crezcan más rápido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario