jueves, 27 de diciembre de 2012

El camino de regreso (destete a voluntad)

Esto lo escribí en Mayo del 2.011 y lo comparto hoy en este espacio:

Ha sido un viaje corto, mi nena de tres años y 6 meses, la que hasta casi los tres años no se despegaba de mi teta (bueno, las de ella…..jaja), a quien llevaba de bebé incluso hasta el baño conmigo, la que lactaba sobre mi regazo mientras yo comía, la que no me podía ver sentada porque enseguida venía a lo suyo, la que se daba paseadas por mis senos para chupetear un poco y luego seguir jugando y soñando. Pues ella mi nena hace unos meses sólo toma teta para dormir, y pocas veces si se hace daño, pero la necesidad de succión ha disminuido muchísimo. Son sentimientos encontrados para mí, ver a mi hija de tres años literalmente empezar el despegue, relacionándose abiertamente con nuestros familiares y amigos, contarle cosas a la gente, andar por la casa cantando (le fascina cantar) y que yo vaya perdiendo la exclusividad en su vida. Me da risa cuando recuerdo a quienes me decían que nunca la iba a despegar de mí, que iba a ser una malcriada (eso se heredará? Porque yo soy malcriada…jaja), tantas voces diciendo y al final sólo queda asentir con la cabeza como quien da la razón, ese es el precio para que nos dejaran tranquilas.

Pues, henos aquí en el viaje de regreso, y sin yo tomar para nada la iniciativa de destetarla, ella sola la va dejando, atrás quedaron hace tiempo sus despertares nocturnos buscando mi calor y compañía, ya no viene de paseo a la teta, a regalarme su sonrisa y sus hermosos ojos negros, tomando de una y acariciando la otra, por supuesto que me sigue necesitando, seguimos jugando juntas, haciéndonos cosquillas, durmiendo juntas (ayssssssssss cuando me pida su cuarto), aprendiendo juntas y viéndola crecer feliz, llena de vida, energía y lindos sentimientos.
Me siento triste por la culminación de una etapa, siempre he leído a las mamis q sus hijos toman la iniciativa del destete y dicen que es como un duelo, y vaya q tienen razón!!!!!!!!!!, pero a la vez feliz que sea ella quien tome la decisión de dejar la teta sólo para la hora de dormir, mientras yo seguiré junto a su padre (pieza fundamental en nuestra lactancia), siendo el pilar donde ella asirse cuando lo necesite y se que este tiempo de lactancia respetada nos unirá siempre, y a su edad, con tres añitos ya de seguro guardará hermosos recuerdos, porque para mí ha sido una etapa en momentos duras, pero con sus tiempos maravillosos, y saben mamis? Si se despegan, si tienen luego otros intereses, sólo es cuestión de ponernos en su piel, de mirar sus ojos, de tenerles paciencia, de guiarlos con amor, de ser padres empáticos, de respetar sus tiempos y necesidades sin halar de ellos para que crezcan, todos los niños sanos por muy demandantes que sean de bebés llegan al mismo lugar a su tiempo y a su hora, no a la hora que dicte el vecino, la suegra o el pediatra, que se los digo yo, la mami de una nena que podía quedarse hasta dos horas en la teta (en una oportunidad vimos una película en casa con ella lactando).
Poco se escribe sobre las posibles dificultades que puede llegar a tener de adulto aquel niño que ha sido privado de la necesidad de succión, en cambio se encuentra mucho material sobre como destetar al niño (no estoy en contra del destete, siempre y cuando se haga de manera respetuosa para el niño y esperar por lo menos los 2 años) y sobre como quitar el chupete (ese artilugio que el adulto da al bebé por comodidad y quita al niño “grande” por la misma razón).
La edad? hasta que la madre y el niño se sientan cómodos con la lactancia, esta es un acto de amor y como tal concierne a mamá, niño y padre, la fecha de culminarla ha de ser cuando la madre o el niño ya no quieran. Nada malo va pasar por dar lactancia prolongada, hay casos de niños amamantados de más de 6 años y son sanos, felices y sin ninguna patología como se cree a veces.
El vínculo que se crea es hermoso, y amamantar aparte de alimentarlos les proporciona el calor del cuerpo de mamá, cuando se caen o lastiman les sirve de consuelo en lugar del chupete, porque nunca un plástico podrá imitar lo que la naturaleza sabiamente le dió a la mujer.
Y de poder amamantar claro que se puede, que lo digo yo que luché contra Pediatras (mal informados lamentablemente, porque en la universidad les enseñan es a preparar biberones y nada de lactancia, dicho en ponencia por parte de los que se han informado más luego de terminar la carrera), te decía, me cambiaba de pediatra para no escucharlos que mi teta ya no la alimentaba, luché contra la familia y el entorno, leí mucho y me informé todo lo que pude, siempre apoyandome en mí esposo y mi circulo virtual de amorosas mamis. (gracias chicas lindas, sin ustedes a lo mejor no llegabamos hasta aquí.
Hay mucho desconocimiento sobre las necesidades más básicas de los niños y sí mucha gente opinando basada en la ignorancia y haciendo un círculo cada vez más grande de padres desinformados.
En fin Acunen a sus bebés, abracen a sus hijos y acompáñenlos en cada etapa, ayúdenlos con amor y paciencia, los frutos tardan, pero son más dulces.
Actualizando hoy 27/12/2.012 mi hija de 5 años toma teta sólo para dormir, es un rato hermoso donde me dice desde que huelo rico hasta lo mucho que me quiere....

La historia del destete de una mamá de la página y su hijito: Historia de lactancia
Otra historia de destete

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Conflictos familiares.



Los conflictos son inevitables en los grupos de seres humanos que conviven juntos. Y todavía más en el seno de una familia, que convive las veinticuatro horas del día, 365 días al año. Por lo tanto, hay que aprender a gestionar los conflictos, pues será muy útil para el resto de nuestra vida.
Igual que aprendemos a ir en bicicleta y a leer, también aprendemos a gestionar nuestros deseos y a negociar con quienes nos rodean. Nos formamos poquito a poco y cada fase del aprendizaje viene caracterizada por la etapa de desarrollo en la que nos encontramos. Así, es absurdo imaginar a un niño de 4 años llorando porque el IVA ha subido un uno por ciento o a un adulto con una rabieta porque se ha terminado el helado de chocolate. Bueno, quizá lo segundo no es tan improbable. El caso es que en cada etapa del crecimiento los niños tienen unas necesidades y unos deseos y cuentan con unas determinadas habilidades para gestionarlos. A los adultos nos interesa que en cada etapa aprendan lo necesario para poder afrontar la siguiente, como en cualquier proceso. De esta manera, debemos ver el conflicto como una oportunidad de aprendizaje, pero no sólo eso, puesto que los conflictos son imprescindibles para crecer como personas. Afortunadamente son inevitables: es imposible que dos personas distintas quieran siempre lo mismo de una forma complementaria. Por eso es tan importante saber defender las ideas propias y negociar. Hay todo un camino de aprendizaje que va desde el bebé que estira el brazo y pone el cuerpo rígido para pedir que le den algo (el sonajero, las llaves, el móvil) hasta el joven que opta por tomar sus propias decisiones o el adulto dialogante, aquel que siempre intenta encontrar una
solución satisfactoria para todos, aquel que no teme enfrentarse a sus jefes o a su pareja para defender lo que piensa que es correcto. Y ese camino empieza en casa, en el hogar. Quizá lo
que pida su hijo no sea lo correcto, pero en lugar de «sofocar» ese deseo es mejor explicarle lo que se espera de él o darle alternativas de comportamiento. Porque siempre va a haber un momento en que un niño tenga una idea propia, la primera idea propia, y aunque sea errónea va a
defenderla a capa y espada hasta que no entienda por qué no se le deja llevar a cabo «su idea», «su deseo». Y ese es el origen de muchas rabietas y problemas de convivencia en el seno del hogar. Pero hemos de verlo como una oportunidad para educar al niño que de otra forma no se
daría, o como una ocasión para que el niño aprenda a negociar, o para que sepa defender de una forma correcta sus ideas. Una vez que entendemos que los conflictos no los crea el niño por gusto, sino que son una parte imprescindible de su crecimiento, estamos en situación de poder actuar de una forma más positiva.
Rosa Jové, Psicóloga.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

ESPEJOS DEL ADULTO Y DE LA SOCIEDAD



Enorme cantidad de propuestas, guías y movimientos espirituales, lecturas de autoayuda, cursos, conceptos revolucionarios aparecen día tras día con la intención de calmar la inquietud del alma, los interrogantes vitales, y brindar respuestas. Si bien muchas personas van logrando integrar sabiamente en sus vidas y relaciones lo que descubren, lo cierto es que a la mayoría le cuesta vibrar autentica y coherentemente, armónica y equilibradamente.
La sociedad continúa mostrando caos, desorden moral falta de dirección y sentido.
Los chicos reflejan claramente lo que sucede en el mundo adulto.
Lo más probable es que si su ambiente vibra en armonía, si busca conscientemente integrar las necesidades espirituales a la realidad cotidiana, si se enfoca en crecer y aprender, discernir, integrar inteligentemente las emociones y evolucionar, encontremos niños que reflejan esas actitudes y las aplican en su vida diaria.
Si por el contrario el entorno es conflictivo, los chicos surgen como emergentes de los problemas que los rodean.
Los niños son verdaderas esponjas ya que absorben la energía que los rodea y alimenta, especialmente de su entorno. Muchas veces una forma de liberarse de ella es a través de la acción. Así es que nos encontramos con niños agresivos, hiperactivos y desatentos.
Los síntomas hoy tan frecuentes (problemas de atención, hiperactividad, agresividad, trastornos psicosomáticos, dislexias, rebeldía, aislamiento, desinterés adicciones, etc.) son tan solo los semáforos rojos que nos indican lo que, en el mundo adulto está funcionando mal.
¿No están los chicos reflejando nuestras propias actitudes?
Pues, convengamos que el estilo de vida, el ritmo cotidiano que llevamos, que hemos elegido o que nos han empujado a elegir, posee ampliamente estas características.
Cabe reflexionar: ¿No somos acaso una sociedad hiperquinética? ¿Una familia que entra, sale, se mueve todo el tiempo y verdaderamente se comunica poco? ¿Cuántas veces nos encontramos revisando la tarea que hicieron nuestros hijos en el colegio con un ojo con el ojo chequeando que no se queme la comida con una mano doblando la ropa y con la otra levantando el tubo del teléfono? ¿No estamos siendo para nuestros niños un verdadero modelo de hiperquinesia y desatención? ¿O atención enfocada pobremente y saltando de una cuestión a otra sin profundizar y detenerse?
¿Puede el adulto –con autoridad- exigir de los chicos actitudes de atención, concentración, de quietud y conexión verdadera?

(Gabriela Béduchaud)

lunes, 3 de diciembre de 2012

EN PRIMERA PERSONA (II)



“…Siempre sentí que con los niños había una atracción mutua y hoy siento una gran alegría de poder estar junto a ellos en mi labor diaria. Mientras los ayudo a descubrir sus talentos me voy conociendo a mí mismo.
¿Se dieron cuenta de lo que pasa cuando aparece un bebé? Es sorprendente observar cómo se modifica el ambiente con su sola presencia. Es increíble descubrir que un ser totalmente dependiente que no puede hablar ni trasladarse por sí mismo tenga tanto poder. Cuando nos acercamos a él enseguida comenzamos a sonreír, a hacer caritas, a despertar nuestro niño interno. Su pureza y su luz tan a flor de piel nos enciende el corazón con solo cruzarnos una mirada.
Después de tantos años de trabajar con padres e hijos me llego el momento a mí. Hace dos años y medio nació la que es, hasta ahora, mi única hija y el aprendizaje no para. Ahora llevo el espejo frente a mí veinticuatro horas al día, los trescientos sesenta y cinco días del año.
Papito no me tres el agüita que me siento mal. (¿Acaso necesito que me duela algo para no sentir culpa al pedir un favor?)
- Papito, No te vayas, no me dejes solita. (¿Tendré miedo de que me abandonen?)
Es cierto, mi hija me espeja, me encandila con su luz justo en las zonas más sombrías de mi existencia. Ella me invita a crecer, a madurar, a sanar mi historia con solo prestar atención a lo que me está mostrando.
La llegada de mi hija me movilizó ya desde la gestación. Cuando mi mujer quedó embarazada ambos estábamos convencidos de que esperábamos un varón, pero el resultado de la ecografía del quinto mes confirmó que sería una nena.
Dos días después mi esposa me preguntó si me daba cuenta de cómo había cambiado mi actitud y la manera de relacionarme con su panza desde el momento en que nos enteramos que sería una nena.
¿Te diste cuenta como besas la panza? ¿Te fijaste como le hablas? Te siento más dulce, más relajado.
Es cierto, hasta ese entonces no me había dado cuenta cuan presionado me sentía ante la llegada de un varón. Era llamativa la diferencia. ¿Una relación conflictiva con mi padre tal vez? Mi hija ya me confrontaba con mi historia y ni siquiera había nacido.
Hace unos días legue a la casa muy preocupado. Mi hija me abrazó fuerte y no quería despegarse de mí.
Yo quería disimular mi estado de ánimo, me senté en el suelo y comencé a jugar con ella hasta que me dijo:
Papito, te escucho el corazón!
Cómo ocultarle algo a un ser tan sensible tan receptivo, tan despierto.
Ella me presta sus ojos para que vea el mundo a través de ella, con más colores, con una nueva esperanza...”

(Eduardo Melamud)

viernes, 30 de noviembre de 2012

EN PRIMERA PERSONA (I)



“…Cuando nació mi primer hijo me encontré frente a un ser ante el cual no tenía secretos. Podía decodificar mi energía y mi mundo interno de una forma que me hacía sentir totalmente expuesta. Todos mis saberes se derrumbaron ante su llegada. Al principio, no encontraba respuestas en sus conductas:
¿Por qué no duerme? ¿Por qué no se queda quieto ni un momento? ¿Por qué no puedo irme con él a ningún lugar en que haya mucha gente sin que se altere?
Su extrema sensibilidad y su dificultad para identificar y poner en palabras sus emociones, me obligaron a hacer un profundo camino de introspección hacia mis propias emociones no expresadas. A medida que me fui conectando más con mis sombras Él se fue tranquilizando.
Y aún sigue siendo el termómetro familiar. Es un espejo con muchas caras en el que todo su entorno puede verse reflejado.
A partir de su llegada mi percepción de los niños cambió. Descubrí nuevos códigos y formas de vincularme con ellos a partir de lo que él me enseñaba. Pero lo que más le agradezco es el profundo aprendizaje que hice de mí misma. Su presencia en mi vida es un constante desafío ya que no me permite ampararme en ninguna estructura que no sea genuina en mi relación con él y con el mundo.
Cuando nació mi segunda hija yo estaba preparada para transitar una experiencia similar, sin embargo la vivencia fue absolutamente diferente.
Ella abrió mi corazón desde el momento de su llegada de una forma que nunca había experimentado antes. Su presencia me permitió conectarme más con la tierra, con el cuerpo y la concreción de los proyectos de una manera amorosa. Su alegría nos inundó y su armonía nos ayudó a generar un ambiente donde todos pudimos hacernos más responsables de quienes somos y descubrir para qué estamos juntos. Ella puso luz en las redes invisibles que unen la trama y unifican los corazones.
Cada uno de mis hijos refleja un aspecto diferente y a la vez complementario de mí misma. Su presencia en mi vida me permite revelar a cada paso aspectos ocultos de la trama familiar y de mi propia conciencia mostrándome dos polos que parecen opuestos pero que no son más que las dos caras de la misma moneda…”

(Sandra Aisenberg)

lunes, 26 de noviembre de 2012

Su Majestad la Leche de Vaca

La leche es una secreción glandular presente en todos los mamíferos. En la naturaleza hay cerca de 5000 especies, y los humanos somos sólo una de ellas. La leche sirve para alimentar a la cría hasta que esté en condiciones de alimentarse con autonomía. Ninguna otra especie continúa con el consumo de leche después del período de lactancia. Cuando crecemos, los mamíferos perdemos las enzimas que permiten la digestión de la leche, porque sencillamente no las vamos a necesitar más. Sin embargo los seres humanos ignoramos esa ley natural.
Tengamos en cuenta que cada leche es específica, es decir, que tiene una fórmula especial para cada especie y varía considerablemente entre una y otra. Tanto la leche de vaca, como la de oveja, la de ballena, la de elefanta, la de morsa o la de perra son diferentes entre sí, y difieren obviamente de la humana. La leche de vaca sirve para criar terneros, un animal grande con cuatro estómagos que llegará a pesar 300 kilos. La leche humana en cambio privilegia el desarrollo de la inteligencia.
Es importante que sepamos que la “leche de fórmula” -como la llamamos hoy en día- es leche de vaca modificada para adaptarla a los requerimientos del bebé humano. Pero no es un invento químico, como muchas madres creemos.
¿Cuál es el efecto nocivo más fácil de detectar en el organismo humano? El moco. La principal responsable es la caseína, una proteína abundante en la leche de vaca. El moco es la reacción saludable del organismo contra una proteína que no puede incorporar. Por lo tanto, en la medida que incorporamos leche o lácteos, el organismo segrega moco. El resfrío común deriva en dolor de garganta, luego en rinitis, sinusitis, bronquitis, otitis, neumonía, y en todas las infecciones respiratorias con las que conviven los niños durante la infancia.
A pesar de esta abrumadora realidad, los adultos no podemos creer que la leche, la bendita y maravillosa leche, se nos vuelva en contra.  Preferimos apegarnos a nuestras creencias en lugar de hacer caso a la sabiduría innata del organismo de nuestros hijos.
¡Todos nuestros niños están repletos de mocos y no estamos dispuestos a relacionarlo con la ingesta de leche! Parece que el miedo al cambio es más fuerte que el acceso a la verdad.
Laura Gutman


Les dejo unas recetas de leches vegetales (consultar con el pediatra si van a introducirlas en niños menores de 3 años por las posibles alergias)









En lugar de azúcar se puede endulzar con papeló/panela/piloncillo o stevia


martes, 30 de octubre de 2012

¿Un mundo anti niños?

Serà que la ciencia logra cual “oveja Dolly” clonar adultos que lleguen al mundo sin pasar la etapa de la niñez y adolescencia??? Porque ya casi nadie soporta a los niños, lastimosamente padres incluidos, el mundo parece desear niños tranquilos, obedientes, educados, de hablar pausado y timbre de voz audible y adaptado al oìdo del adulto de turno.


En algunos locales exhiben carteles de forma discriminatoria: “No Se Permiten Niños”, no me permito hacer la odiosa comparación con los carteles de “No Se Permiten Animales”, porque estarìa segregando tambièn. Escucho amigas quejarse del estrés que supone realizar con sus niños viajes largos en aviòn, o quedarse en un hotel y que el pequeño llore, de la ansiedad de tener que tranquilizar a un niño so pena de ser victima de la inquisición moderna de un grupo de “adultos” que no soportan una voz/grito infantil. Pero….en este mundo anti-niños, nadie o pocas personas alzan la voz ante un vecino escandaloso que no deja dormir a altas horas de la noche o ante un grupo de “ciudadanos libres en todo su derecho” cuando en algún sitio publico vociferan de tal manera que es prácticamente imposible escuchar a tu interlocutor.
¿¿Que està pasando que los niños han perdido espacio??


¿Màs nunca la infancia va a ser vista como esa hermosa etapa de total despreocupación, donde nos sabemos merecedores del amor total del mundo?
Se habla tan tranquilamente de la “nalgada a tiempo”, del ya casi clásico “rincón de pensar”, las madres entramos en la lucha de “el mìo al año ya no usaba pañales”, “al mìo lo dejo con cualquiera, y no llora”. Pues mi nena a sus 4 añitos aùn usaba pañales y de 1 y 2 años no se quedaba con cualquiera, miren que le he tenido que “vender” a la vecina que me la cuidaba para que se quedara con ella y poder asistir como Doula a los partos.
Para mi tranquilidad, ella es calmada, la puedo llevar conmigo a donde quiera y siempre me va “dejar bien”…suena hasta còmico, y hasta me “abre las puertas” para que me atiendan màs ràpido y mejor a los sitios donde vamos…... O es por mi belleza…..o es por la de ella……. :))
No nos dejemos subyugar por quien pretende hacernos “recapacitar” sobre nuestra amorosa y respetuosa manera de llevar a nuestros pequeños.
No crean, a mi me ha tocado mi parte en este mundo a todas luces anti-niños, siempre trato de llevarlo con humor, porque para que me pongo al mismo nivel de mi atacante, si en 5 minutos no voy hacerle entender que mi hija podía llorar por tener hambre, frìo, calor, sueño, sed, fastidio …..o cualquier cosa que la “naturaleza adulta” no va entender, porque esa capacidad de colocarnos 1 minuto en el zapato del prójimo la hemos perdido en el camino, y nuestro niño herido sigue reclamando a viva voz que quiere ser amado, pero yo no tengo tiempo de detenerme a darle un abrazo, porque debo atender a mi hija, para que mañana no sea “dedo acusador” de un dèbil niño víctima de la circunstancia, ademàs mi abrazo puede ser visto con connotaciones equivocadas…. :))
No es fácil, pero SÌ podemos elegir el camino del respeto y consideración para con los pequeños, ellos aprenden de nosotros, siguen nuestros pasos, somos sus primeros maestros.
Nuestra hija acaba de cumplir 5 años, y de verdad es un nena muy cariñosa y empática, a su edad entiende mucho y es más fácil el día a día. No heredemos a nuestrosos hijos aquellas prácticas que sólo logran amargar la infancia y crianza de la familia.  Hoy día hay excelente información que va de la mano con el respeto hacia los niños.  Por favor consideremos a nuestros hijos como seres únicos y respetemos sus tiempos y necesidades. Les aseguro que un día empezarán a sorprenderles y les devolverán todo el amor, tiempos y cuidados que les han dado y el cansancio irá dando paso a una relación más fluida y equilibrada.Tenganles mucha paciencia, el amor no daña a nadie, menos a un niño. Denles sus brazos cuando tengan berrinches, pongan palabras a sus rabietas, despues de los tres años van entendiendo mejor y luego les sorprenderán cuando sus hijos los consuelen como ustedes han hecho con ellos, mi nena nos pasa las manos, nos acaricia y nos dice que todo va estar bien. Que son 3 años de paciencia frente a todo lo que tienen por delante? A mí me lo decían y era incrédula hasta que ella empezó a devolver una a una las caricias nuestras.
Ya lo dice mi pediatra favorito, el Doctor español Carlos Gonzàlez:
"Los días más felices de nuestra infancia son aquellos en que nuestros padres (o nuestros abuelos, hermanos o amigos) nos hicieron felices. Incluso cuando nos parece que nos hizo feliz un tren eléctrico, si miramos mejor siempre hay personas detrás: los padres que nos lo entregaron con una sonrisa o con un elogio....
Miramos a nuestros hijos y nos preguntamos qué día, qué frase, qué aventura quedarán grabadas en su memoria para siempre; qué dolores quedarán clavados en su alma y qué alegrías guardará como un tesoro.
Los días más felices de su hijo están por venir. Dependen de usted".

martes, 16 de octubre de 2012

¡¡¡¡¡¡¡No llores que eres grande!!!!!!!

Cuando nace un bebè, el entorno se mueve, hay una maravillosa energìa en el ambiente familiar, incluso nos reencontramos con personas y familiares a quienes tenìamos tiempo sin ver. Todo es alegrìa y el olor a bebè lo impregna todo, su llanto nos conmueve y su primera sonrisa nos alienta en el cansancio de los primeros meses. Nuestro bebè, ese bultito hermoso va creciendo y en un par de años ya es un niño que corre, grita, hace pataletas y con la misma nos regala sonoras carcajadas y abrazos acompañados de unos “te quiero” que derriten a cualquiera.
Con asombro miro muchas veces como los padres dan lo mejor a sus hijos esos primeros años, pero luego van cediendo al peso de la sociedad y lo establecido como "norma" y erradamente creemos que :
Los niños no deben llorar porque ya no son bebès.
Los niños no deben ser consolados si se caen o golpean o si estàn asustados porque "ya son grandes" y los obligamos a calmarse dentro de la soledad de su habitaciòn o con nosotros a su lado increpàndole que "ya eres grande para llorar"
Lo ùnico que lograremos con esto serà tener un niño asustado, que aunque logre "calmar" exteriormente sus emociones no sabrà canalizarlas ni gestionarlas, no sabrà dar un nombre a su susto o a una pesadilla y acabarà por no confiar en sus mayores aparte de hacer de su infancia un lugar poco agradable para crecer.
No es tan difícil ayudarles, si un niño se cae y llora
podemos abrazarle, estar con el aùn en silencio, si un niño llora, tenga, dos, tres o màs años, ¿que nos cuesta acompañarle?, ¿que tanto nos cuesta hablarle y consolarle?
Negarle a un niño la posibilidad de desahogar su enojo, frustración o dolor mediante el llanto es crear un ser que no se permitirá expresar sus emociones en la vida adulta o tirar hacia el lado de siempre inconscientemente querer dar làstima para lograr un poco de amor y atenciòn. El llanto no debe ser mal visto, el llanto permite el alivio de un malestar y en el caso de un niño bien vale que se le acompañe o deje solo si  lo pide.
En el respeto que debemos a los niños, ese mismo respeto que queremos infundirle para el dìa de mañana debe comenzar en casa y no reírnos o hacer caso omiso “para que aprendan” porque lo único que aprenderán es a quedarse con el miedo dentro de ellos y a desconfiar de principio de los seres que aman, muchas veces los padres actuamos en consecuencia de ignorar sin querer la verdadera conducta de los niños y pensamos que nos manipulan cuando en realidad no es así, como dice Laura Gutman, nadie pide lo que no necesita.
Por otro lado pedir a un niño que pare de llorar puede incluso a mi modo de ver enseñarlo a mentir, y mentir sobre su propio sentir y a empezar a auto engañarse para complacer a sus padres y ganar el “privilegio” de la aprobación a costa de ocultar lo que siente realmente.
No enseñemos a nuestros niños a negar sus emociones, a esconderse en un muro de falsa valentía, enseñèmosle que son dignos de nuestro amor, ellos aprenden amar desde las experiencias que les proporcionamos, si esas experiencias están cargadas de amor, soporte y entendimiento ya les estamos allanando el camino de la vida porque les afirmaremos la seguridad en sì mismos desde la necesidad de protección que como padres debemos prodigarles y le daremos un suelo y una base firme para su independencia en la vida sin llevar cargas emocionales encima.

lunes, 1 de octubre de 2012

¿De verdad no afecta?


Cuántos de nosotros hemos escuchado frases como: A mi me pegaron de pequeño y mírame, de no ser por esos azotes “no serviría para nada”. Y observo a la gente en la calle, en los sitios donde voy y se ve, se nota la violencia generalizada lo demostremos o no. Personas que EXIGEN ser atendidas de primera así lleguen de última, que quieren pasar por encima de los demás sin importar a quien se llevan por delante, personas que destruyen de a poco o vertiginosamente su cuerpo con el alcohol, el cigarro, las drogas y otras tantas afecciones del mundo incluyendo la excesiva dependencia a la pareja y al materialismo, sin embargo la frase “mírame, soy normal” se escucha siempre. Y seguimos por la vida criando con azotes “para que se enderece” e ignorando los berrinches de los niños para que dejen de “hacernos quedar mal delante de los demás”, porque nos interesa más el “que dirán de” a lo que siente nuestro pequeño en determinado momento. Y no se trata de perfección, se trata de amar a nuestros hijos y dar lo mejor que tengamos así nosotros hayamos recibido otro tipo de crianza, nuestros padres hicieron lo que pudieron en un momento que no había acceso a ningún tipo de información, era raro encontrar quien hiciera las cosas diferentes.

Pero hoy día tenemos mucha información a la mano y podemos contrastar, buscar, opinar, dialogar, preguntar. Porque sí, afecta y mucho la manera como somos tratados en nuestro hogar, donde debe haber cabida para todos como grupo familiar y donde debemos ser un fuerte pero de amor, donde es válido pedir, donde es válido llorar y sentirse mal por parte de los padres o los hijos, porque el niño irá creciendo y formando su personalidad de acuerdo a las vivencias de quienes le rodean. Un niño aprenderá a esperar cuando esté preparado para hacerlo, no se puede forzar a que espere sólo por el simple hecho de cumplir una cuota más en su formación, sencillamente hay aspectos que se dan solos y dependen de la maduración de cada ser humano y no que se tire de él como si de agilizar un trámite se trata, porque sino porque tantos “adultos” impacientes? (empezando por mí) Repito como siempre, no se trata de un hogar anárquico, se trata de un hogar donde todos tengamos voz, voto y opinión y se pueda llegar a un acuerdo justo. Igual sucede con los “buenos modales”, tan aprensivos que somos enseñándoles a decir “buenos días” “por favor”, “gracias”, etc. y nos olvidamos que ellos van detrás de nosotros imitando nuestro comportamiento y toleramos más un “adulto” que olvida dar las gracias que un niño que arranca a correr emocionado con una galleta que le ha dado alguien y ya pierde dicha galleta el sabor de la infancia cuando nos hacen devolver para dar las gracias queramos hacerlo o no, y así vamos dejando atrás el aroma a inocencia pendientes siempre de ser merecedores de escuchar “lo bueno que somos” hasta que un día nos miramos al espejo cansados, con un cuerpo con una o varias enfermedades y hastiados de complacer equivocadamente a la tía, al vecino, a mamá, a papá para pasar a complacer al esposo, a la suegra, al vecino tan cansado como nosotros, pero seguimos diciendo: mírame, a mí me azotaron y aquí estoy, soy persona de bien”

Un amigo hizo en su Facebook la pregunta si el amor cura, todos estuvieron de acuerdo que sí, que cura, yo respondí que “El amor no sólo cura, también PREVIENE. Los niños emocionalmente sanos que han crecido en un entorno amable de seguro serán adultos más saludables”
Es prioridad dejar de heredar mitos y creencias en torno a la crianza porque no le hacemos ningún bien a nuestra cría ni a su futuro. Un niño que ha crecido en un entorno saludable y amable tendrá toda una gama de posibilidades para desarrollarse como un ser humano consciente de si mismo y tendrá la capacidad de ser afín con sus semejantes.
Pero la lucha es férrea, hay gente hermosa aportando su granito de arena, dentro y fuera de la red, robándose un poco de su tiempo a ellos mismos, a sus hijos y su vida privada con el único fin de dar a conocer a padres, madres y sociedad en general la posibilidad de otra forma de criar con el respeto, amor y consideración que merece la infancia.
Ningún niño va a llorar o “pedir atención” por fastidiar o molestar, en la medida que se sientan amados, contenidos y protegidos irán creciendo seguros y con suficiente confianza hasta ir madurando todos y cada uno de los aspectos que completaran su crecer.
Todos los niños llegarán al mismo sitio (dormir toda la noche, control de esfínteres, y un largo etc.), independiente de cómo se les críe, la diferencia es que un niño guiado de la mano del amor, la paciencia y la tolerancia dará al mundo lo mejor de sí sin tantos fantasmas y miedos en su interior

jueves, 20 de septiembre de 2012

¿Malcriadez?

Tèrmino usado por el comùn colectivo para nombrar a un niños "sin límites" que pide cosas sin parar", "que no se està tranquilo", "que no deja tranquilo a los adultos", "que hace berrinches", ...........etc..........., pero pocas personas en adultolandia nos paramos a pensar un momento que tan "malcriado" puede ser un niño de meses, o uno, dos o màs años que reclama la presencia de mamà o su cuidador. Generalmente para poner "preparo" y "lìmites" optamos por ignorar la peticiòn infantil, desplazando de esta manera muchas peticiones que se iran sumando una sobre otra a lo que podrìa definir como un volcàn de peticiones desplazadas que en cualquier momento, pueden ser dìas, meses o años pude hacer erupciòn llevandose por delante a quien sea y donde sea, consiguiendo el niño la etiqueta de "malcriado".
Incluso la neurociencia se encarga de estudiar el devastador desarrollo del cerebro infantil que ha sido sometido desde su más tierna infancia. El mudo actual, ese que tanto nos quejamos falta de valores no es más que la lógica consecuencia de generaciones criadas sin amor, sin paciencia, crianzas basadas en autoritarismo puro, sin mirar al niño, siempre pendiente de no "mal-criarles" y resulta que somos adultos muy malcriados, carentes de amor hacia nosotros mismos y hacia los demás.
Siempre digo que tanto que lucharon nuestros padres por hacernos "hombres y mujeres de bien" (con toda la buena intenciòn del mundo), pero los medios empleados no lograron su cometido, porque hasta la fecha no conozco el primer adulto que no sea malcriado, con ataques de rabia a la menor provocaciòn, con respuestas irònicas innecesarias, siempre persiguiendo un-no-se-què, familias enteras buscando resguardo de las peticiones infantiles en los consultorios mèdicos, saliendo con las respectiva receta del alguna medicina milagrosa que lograra calmar al niño y dejar que los adultos sigamos nuestra vida como si no pasara nada................
 Y si pasa, y mucho!!!!!!!!!, porque solamente logrando la escucha sincera lograremos la conexiòn con nuestro hijo, aunque estemos cansados y necesitados de un alto en  nuestra lucha diaria, no es tarea fàcil, pero lo vale............, nuestros hijos valen todo aquello que hagamos por ellos, desde el corazòn y con el amor como bandera.
A las personas que creen que ignorar a un niño en un berrinche o pataleta es "educar", pongan la mano en su corazón y piensen un momento en sus hijos, miren sus ojos y allí está la respuesta a las necesidades reales y básicas de los chicos. Y por favor no le hagan a los niños lo que no harían a un adulto, ignorarles a la edad que sea los desconecta de la empatía.
 Un niño guiado de la mano del amor, la paciencia y la tolerancia dará al mundo lo mejor de sí sin tantos fantasmas y miedos en su interior. Se puede usar menos la palabra límites cambiarla por tiempo juntos , abrazos,miradas y palabras para explicar de manera respetuosa nuestras razones, esa misma "técnica" nos funcionará cuando en lugar de un asustado o rebelde niño tengamos un adolescente en casa a quien ya no te resultará decir: porque lo digo yo.
La malcriadez como tal y con el significado que se le da comunmente NO EXISTE, un niño malcriado es un niño no atendido emocionalmente aunque sus necesidades de vestido y comida esten satisfechas, un niño malcriado no ha sido entendido en su proceso evolutivo y de crecimiento, un niño malcriado no ha sido mirado, acunado ni querido como debe ser. Es hora de llamar a las cosas màs bàsicas por su nombre, sin disfraces y empezar cristalinamente a entender a esas criaturas que deseadas o no traemos al mundo, porque ellos vienen con sueños y personalidad propia, sòlo necesitamos un poco de paciencia (aunque hayamos crecido sin ella) y ponernos a su altura fìsica y emocional, para entender que es aquello tan urgente que nos piden y saber que se esconde detràs de esas peticiones desesperadas, porque con el correr de los años nos iràn necesitando cada vez menos y su mirada, esa que es ahora limpia, pura y llena de amor hacia nostros se va trasladando a descubrir otros horizontes lejanos, que sòlo si en su infancia les hemos acompañados probablemente nos dejen mirar sus sueños y descubrimientos. Miren este video, la reacción natural de un bebé separado de su madre, lo feliz que se vuelve al regresar a ella. 
Laura Gutman (Terapeuta familiar y escritora) nos dice: Nadie pide lo que no necesita. A medida que pasan los años, esas necesidades no satisfechas siguen operando con la misma intensidad que en sus comienzos. Pero los adultos estamos cada vez menos dispuestos a comprender los mensajes, sobre todo repitiendo la frase “ya eres grande”. O la de peor categoría: “eso es una regresión”.

lunes, 17 de septiembre de 2012

Instinto....

 Estas líneas nos las escribe Gabriela, ella forma parte de la página de Facebook La Crianza con Apego es mi forma de cambiar el mundo:
Muchas veces los padres nos vemos desbordados por los consejos de todo el mundo, por nuestra falta de experiencia como padres primerizos, por las presiones del afuera y caemos en creer que los especialistas cómo médicos o psicólogos tienen la respuesta a todos nuestros conflictos. Yo he pasado por eso... yo soy una madre que se equivocó... que dejó llorar a su pequeño bebé de 6 meses porque el libro de Estivill así lo decía, que no cargó a su hijo en brazos cuando levantaba sus manitos llamándome, porque el pediatra decía que lo malcriaría y nunca más dejaría los brazos... y cómo mujer profesional y sensata con un alto coeficiente intelectual consideraba que las reglas de los profesionales eran las correctas. Quería poder salir a la calle con mi niño y que éste no llorara ni pataleara y se comportara como un perfecto robot adulto, creyendo que así sería considerada buena madre por esta sociedad. Pero la realidad es que un día mi instinto maternal salió de golpe, mi hijo comenzó a demostrar una inseguridad terrible, terrores nocturnos, y hasta diferentes alergias o enfermedades. Fue ahí cuando me di cuenta de que los métodos que me había metido a la fuerza y que me hacían tanto mal estrujándome el corazón noche a noche al escuchar el llanto de mi hijo... habían fallado... yo había fallado. Pero aún estaba a tiempo, mi hijo tenía 2 años y era hora de recuperar lo perdido y reparar el daño. Hoy le pido perdón a mi hijo y a mi misma, con amor pude hacerlo felíz... Dejé una carrera prometedora, pero no me importa. Tuve 2 hermosos niños más, que pude criar reconociendo mis anteriores errores y hoy les doy un sólo consejo a las madres... CREAN EN SU INSTINTO... ustedes saben cómo hacer felices a sus hijos...
Gabriela.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Una madre verde marciano en un mundo sin matices.

Que bonito es crecer en Libertad....
Asì me siento a veces, como llegada del planeta Marte, de color verde y antenas en lugar de cabello en mi cabeza.
Pero…..ya va….no…..sì…..soy diferente…..pero no marciana, que ya quisiera. A ver, que puede hacerme tan diferente que me ven “raro”:
Duermo con mi hija, afortunadamente no todo el mundo sabe este “pecado”…..bueno….a menos que se pasen por aquì y me lean….
Mi hija tiene este mes de Septiembre, 4 años y 10 meses, y “aùn toma teta” y duerme con nosotros….No  contribuimos a enriquecer a la industria lactea, ni la de biberones ni chupetes. La gente se extraña, porque "ya està grande"... Y casi nadie dice nada cuando ven a un niño siendo vìctima de maltrato fìsico o verbal.
En casa no se castiga ni verbal ni fìsicamente…….Ya va….no, no hace “lo que le da la gana”, simplemente orientamos con palabras adecuadas a su edad y predicamos con el ejemplo, incluso me ha visto llorar y disgustarme, porque eso es parte de la vida….Tampoco es que està en una burbuja.
Ella ve dibujos infantiles por momentos en DVD, pero no la T.V. comercial, su "hobbie" es “leer” sus cuentos, cantar por toda la casa canciones propias e inventadas, jugar con los perros y gatos, bañarse en la lluvia,  y dibujar, jugamos con ella, vamos al parque, playa, montaña, y a las salidas cotidianas siempre va. No nos fastidia comer, jugar, dormir, salir y compartir todos juntos.
Uno de sus dibujos...
Cuando salimos, casi siempre lo hago con tiempo suficiente, para ir a su paso, el paso infantil de brincar rato en un mismo sitio, (aunque ya casi no lo hace, jaja) , detenerse para admirar una Flor, o una fila de hormigas. Pero cuando no podemos ir su paso, ella entiende si le explico que debemos ir esta vez a mi paso….o una mezcla de sus pasos y los mìos.
Nuestra casa esta “adaptada” a prueba niños, lo que no agrada a los adultos que nos frecuentan, aquì ella y las visitas infantiles son felices de jugar,  correr, saltar y reir, como dice una vecina: un gimnasio infantil. No la atiborramos de chucherìas, lo cual tambièn se hace extraño a los demàs, en su lugar, le fascinan las frutas, su favorita es la manzana.
A veces prefiere la comodidad de los brazos, mucho menos que antes, casi nunca….y pues aquì nos tiene, felices de llevarla asì, y de sentir su olorcito, ese tierno olor que despide su cabello, y la càlidez de sus abrazos y besos en la nariz…
Respetamos sus tiempos y necesidades que los demàs pueden ver como “caprichos”, entendemos sus rabietas e intentamos ponerle palabras a sus frustraciones, al final los adultos tambièn tenemos berrinches, o no?.
Resultados??? No los esperamos…..en todo caso que crezca sana y feliz, y de adulta disperse por el mundo todo el amor que tenga para dar, y sus hijos hereden una manera de criar con respeto y amor y esa semillita de bien se disemine en el infinito. Un buen amigo me dijo hace como dos años que habrà que esperar que Eva tenga 20 años "para ver" si mi manera de criar funciona, mientras contemplaba "el juicio" con el cual ella esperaba que terminaramos nuestra fastidiosa charla de adultos. Y no lo percibo asì, doy amor a ella sin esperar obtener a cambio màs nada que su felicidad...y eso lo desean todas las Madres, que sus hijos sean felices....siempre. De todas maneras, ya comentan que “a pesar de ser una niña consentida” es tranquila, obediente y cariñosa….a pesar de…..Serà a pesar del amor? Y no quiero convencer a nadie de mi filosofìa de vida, cada quien tiene libre albedrìo, y debemos ser responsables de nuestras acciones y lo que implica criar a la "Vieja usanza" de los golpes, gritos y dominio.
Cuando hemos estado enfermos ni nos demanda atención, (nos demuestra empatía, esa misma que ella ha recibido) nos "ayuda" en la casa, recoge sus juguetes sin que nadie se lo hubiese pedido o exigido (los niños aprenden mejor por imitación, no??) , tanto aprenden por imitación que me ha tocado explicarle que si un niño en un parque le impide montarse en un juego, ella no debe hacerlo con los demás, lo aclaramos y seguimos.............
Ella un dìa tomará el timòn de su vida, y espero mi labor la ayude para atravesar las hermosas aguas de la vida y guiar su nave como buen marinero, por lo pronto mi amor hace brillar sus dìas como un luminoso faro en medio del mar de la maternidad, con sus dìas nublados y sus dìas radiantemente soleados, y ella me enseña lo que es amar sin medida, lo que se siente sanar el niño herido que a lo mejor fuimos un dìa, porque cada caricia de ella en mi cara, cada beso que me da, cada pedacito de algo que comparte conmigo o con alguien màs, cada acto de bondad que me muestra a diario me hace saber que ha valido la pena transitar este camino juntas y desde este rincón les digo a las mamis que bien vale la pena nadar contra corriente, la felicidad de los peques lo vale!!!!!!.


viernes, 3 de agosto de 2012

EL PODER DEL TACTO



"El amor es para el niño lo que el sol para las flores; no le basta el pan: necesita caricias para ser bueno y fuerte." (Concepción Arenal)

De numerosos estudios se ha desprendido que el tacto es algo fundamental para la vida, y que podemos padecer verdaderos trastornos o incluso morir si estamos gravemente privados del contacto táctil. El ejemplo más obvio lo tenemos con el nacimiento. 
Todos estamos familiarizados con lo que hacen las hembras de los animales que lamen escrupulosamente a sus pequeños inmediatamente después de dar a luz, tras lo cual los recién nacidos tratan de ponerse en pie y empiezan a mamar. El proceso siguiente de seguir lamiendo es mucho más que el acto de secar la piel; también estimula la circulación de la sangre, los aparatos respiratorio y digestivo, los nervios y el sistema endocrino, para traer efectivamente al animal “a la vida”. 
Sin estos lametones (como ocurre cuando la madre muere en el parto), el hijo puede morir también, a no ser que otro animal, o un ser humano, active en él los mismos procesos. 
En los seres humanos, el periodo entre ocho y quince horas aproximadamente de contracciones musculares durante el parto consigue el mismo objetivo que los lametones, porque estimula las funciones vitales del feto, que de ese modo está preparado para tener una vida independiente. Se ha observado que los niños prematuros o que han nacido con cesárea, que no han tenido este proceso, son más propensos a contraer enfermedades contagiosas, a la apatía, y son más lentos en el aprendizaje.


Podemos considerar que el tacto es fundamental para el desarrollo de la seguridad emocional, la confianza, la tranquilidad, la aceptación y la protección contra el dolor: cualidades todas que son vitales para un crecimiento equilibrado. 
La sociedad moderna en la que vivimos no fomenta el tacto, al menos en el mundo occidental no tanto como en el oriental. Allí resulta normal que un niño esté en constante contacto físico con su madre o con otro adulto en los primeros días de su vida; resulta normal para los familiares dormir todos estrechamente juntos; el masaje de los bebés forma parte integrante de su rutina diaria. 
En Occidente hemos creado una estructura que en realidad niega el tacto, a partir del momento en que a los recién nacidos se los llevan a una habitación separada, se utiliza el biberón y el cochecito (en vez de la teta y el cabestrillo); en cuanto al mensaje, es una actividad prohibida. Lo mismo que nos hemos alejado del tacto, hemos perdido el instinto básico de curar. De cara a la ciencia médica, hemos rebajado la importancia del contacto humano; en vez de limitarnos a sujetar y aliviar la cabeza del que padece una jaqueca, le damos una aspirina.


La curación por medio del tacto, es decir, el uso concreto del tacto en determinadas partes para producir efectos concretos, es un talento innato que todos tenemos y que podemos desarrollar aún más si queremos. Sin embargo nunca nos han enseñado a hacerlo y, hasta hace poco, esta habilidad resultaba sospechosa porque se creía que pertenecía al ocultismo. 
No obstante, este tipo de curación la ha practicado normalmente la humanidad a lo largo de la historia, y formó parte de la estructura de las religiones, de las filosofías y de los modos de vida. Para las culturas tribales, los curanderos eran las personas más respetadas y veneradas. Los que se sabía que tenían visiones especiales, sueños o cualidades mediúmnicas, eran especialmente elegidos para ser entrenados como curanderos o guías espirituales, como hemos visto en los hechiceros, kahumas, chamanes y curanderos. La tradición Judeo-cristiana menciona numerosos episodios bíblicos en los que el sufrimiento humano era aliviado por alguien que suplicaba a la divinidad en nombre del paciente imponiéndole las manos.

Por Georgina Regan y Debbie Shapiro