miércoles, 15 de enero de 2014

Lactancia, paz, amor....

Algunas luchas parecen perdidas. Pero no lo son. Algunas parecen sin sentido... pero tampoco. Dios, si Dios, es mas grande que todos nosotros y nos va ayudando a encontrar lo Hondo de su amor, incluso cuando no sabemos como. 

Yo también quise enviar mi mensaje de apoyo. Pero no pude. A pesar de que lacte a mi hijo mayor cuatro meses, y al Segundo, durante 8 meses, no encontré una sola foto en la que yo estuviera lactandolos. Recordé que me escondía para hacerlo. No queria que nadie me viera. Me encerraba en mi habitación, e incluso, con el menor, ni siquiera su hermano mayor podía verme. Fue difícil. Abandone al poquito tiempo, pero segui empeñada en el apego, y aquí estoy. 

Estos días viendo las fotos que han subido otras madres, tome conciencia de mi poco aprecio por mi cuerpo, de lo mucho que me duelen mis estrías, mi sobrepeso. Recordé mis intentos por bajar de peso y el fracaso tras cada uno, el mas reciente de los cuales fue apenas en noviembre del año pasado. Veía las fotos de todas estas mujeres maravillosas reconciliadas con su cuerpo, y pedí a Dios valor para mirar el mio. Me pare ante un espejo desnuda, y me vi. Los senos que tocan casi el ombligo a mis 42 años! la barriga que cuelga como un delantal!!! Los muslos con celulitis! Que desastre! 

Sin embargo, este maravilloso cuerpo que descubrí. Este cuerpo mio ha tenido brazos para cargar a mis hijos todavía ahora que el mayor tiene cuatro años y medio y el pequeño tiene tres años. He tenido espalda para jugar con los dos e incluso para dormirlos a los dos, en las piernas abrazados, aunque he tenido que esperar por mas de dos horas que llegara mi esposo a quitármelos de encima porque no podía pararme. Es cierto que no es un cuerpo hermoso a la manera en que es hermoso el cuerpo que se exhibe ordinariamente, pero es un cuerpo que ha podido meterse en la playa con sus hijos, no para lucirse, si para disfrutar. Mis piernas, con varices también por el sobrepeso, han corrido en los parques y han perseguido Pelotas en un estacionamiento. Mas recientemente, me ha servido mi cuerpo para trasladarme a otra ciudad, dos días por semana, a llevar a mi hijo mayor a terapias físicas y del habla. Este cuerpo mio, cansado, sigue despertándose cada noche que mi pequeño se despierta para abrazarlo y calmarlo y a la mañana siguiente esta cansado, como el día anterior, pero en pie preparando desayuno para toda la familia. 

Gracias a cada madre que subió una foto con su hijo en brazos... y con mas de un hijo incluso. Ustedes me reconciliaron con mi cuerpo. Que Dios las bendiga.
Ariana

1 comentario:

  1. Precioso y sincero... gracias a ti. Seguro que para tus hijos tu cuerpo es perfecto. No cambiarian tus brazos ni tu espalda ni tus piernas ni tu olor por ningún otro... eres su mamá y eres perfecta :)

    ResponderEliminar