martes, 14 de mayo de 2013

¿Y si los queremos desde el corazón?

Pasamos de no querer “mal acostumbrar” a nuestros hijos a nuestros brazos, les hacemos trampas, le cambiamos nuestro pecho materno por un chupete y biberón, (no se ofendan quienes no han podido por causas mayores dar de lactar) nuestros càlidos brazos por una hermosa cuna decorada con tules y mariposas. Le cambiamos nuestro tibio cuerpo por un muñeco “objeto de consuelo”. Como pretendemos empezar a poner “carácter” a un bebè que acaba de salir de la calidez del vientre materno donde no le faltaba nada y se està encontrando con un mundo nuevo de ruidos e incomodidades. El niño crece, y con èl crece su desolación, la falta de madre, de padre, de calor filial. Nacen los “malos comportamientos”, pega a sus compañeros, somete…..o se aísla, ya no pide atención materna, ni cariño paterno, ha pasado de pedir a sustituir, los padres asumen que ya “aprendiò”.
 Imaginan que nuestra pareja nos sustituya por una hermosa muñeca inflable, como “Objeto de consuelo”, y que esa situación se repita noche tras noche?, Entonces porque nuestro pequeño hijo debe “aprender” a ser independiente cuando aùn ni articula palabras? Porquè debe abrazar un inerte muñeco de felpa, si mami y papi estan durmiendo abrazaditos en la habitación de al lado?
Juguemos con nuestros hijos, intentemos comprender su mundo rico en fantasìa, si jugamos poniendo el corazòn, nos sorprenderemos todo lo que tienen para enseñarnos.
Nos ignoran tanto en la infancia que no serà que pasamos del frìo plàstico del biberón, a la botella de licor, y del impersonal chupete al eterno cigarro en la boca? De no recibir suficientes abrazos y besos de mamà y papà, pasamos a la dependencia de nuestra pareja, y a la asfixiante relaciòn que nos atormenta y no nos deja vivir sino en un eterno bolero, esas relaciones sentimentales de si me dejas me mato, si me dejas me muero….Siempre con el miedo de ser abandonados en la inmensidad de la noche…. Serán independientes con el pasar de los años, que por cierto pasan volando literalmente hablando.
En mi primera experiencia como Doula, hace años,  brotaron de mis labios estas palabras para la mami primeriza que me tocò atender, al verla vacilar sobre si levantar o no en brazos a su recièn nacido bebè : Tu crees que si todos nosotros hubiésemos recibido suficientes abrazos, besos, amor, mimos y atención en nuestra infancia, el mundo fuera un lugar con tanta violencia? Su respuesta fue: No…..y lo levantò y cobijò en sus brazos….

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