jueves, 13 de junio de 2013

De leyes y prohibiciones



Soy férrea defensora de la Lactancia Materna, amamanté a mi hija en exclusiva durante 6 meses y le seguí dando mi leche después de iniciar la alimentación complementaria. Hoy recuerdo con un dejo de nostalgia las noches en vela, los despertares nocturnos, el ir hasta el baño con ella pegadita a la teta, recuerdo con una sonrisa lo distante que estaba mi ideal de amamantar a la realidad, hasta que nos acoplamos y todo empezó a fluir con algunos inconvenientes como obstrucciones, principios de mastitis ganas de destetarla en la noche para dormir mejor. Nunca lo logré. A la primera queja le daba su teta de nuevo.
Recuerdo como mi esposo dejaba todo listo, desde el desayuno hasta la fruta picada para que yo me dedicará por completo a la bebé. Nadie se lo dijo, lo hizo por puro y paternal instinto.
Nunca tuvimos apoyo presencial ni de los pediatras. Me cambié cinco veces de pediatra el primer año de vida de mi hija porque nos miraban feo cuando ella me sacaba la teta en plena consulta. Más bien, recibimos mucho apoyo virtual y el informarnos mucho sobre la Lactancia Materna, lo que me llevó a hacer cursos para certificarme en el tema.
Hoy sale en la prensa nacional que está por aprobarse una reforma de la Ley de Lactancia Materna, pero esta reforma se erige sobre la prohibición. Por experiencia personal, sé que de restringir y vetar no queda nunca nada bueno. No se a ciencia cierta que desglose se hará de tal reforma. Hasta ahora solo se sabe que prohibirá el uso de teteros y fórmulas lácteas en casos puntuales.
Estoy de acuerdo con esta ley si, Y SOLO SI,
1.- Es para impedir que en los hospitales les den a los bebés sin consentimiento de sus madres biberones
2.- Es para impedir las trabas que se les pone a las madres lactantes en muchas consultas pediátricas diciéndoles que su leche no alimenta.
Adicionalmente considero que para proteger la Lactancia Materna, que es el caso que nos ocupa, se debe INFORMAR, empezando por el gremio médico, y APOYAR emocionalmente a la madre para que sea capaz de lograr poner su cuerpo a disposición de su bebé (o sus bebés en el caso de los múltiples). También se debe asegurar que cuente con grupos de apoyo para no sentirse sola, que se sienta tranquila con su bebé para alimentarle y sostenerle el tiempo que dure la lactancia.
De igual manera se debe EDUCAR a la familia en general, a los padres, abuelos, tíos, hermanos, mejores amigos para que apoyen y ayuden a la madre en el hogar de manera que ella tenga la disponibilidad de tiempo para atender a su bebé, porque no se trata solo de prohibir, se debe tratar de INFORMAR, SOSTENER, AYUDAR a las madres para que logren el fin: amamantar a sus hijos de una manera armoniosa porque detrás de una ley que obliga y prohibe puede existir la realidad de una mujer que vive bajo la presión social y cultural del deber de atender a otros hijos, a un marido, a la casa , un horario laboral y de paso estar a los 40 días disponible sexualmente para el hombre si tiene pareja o bien ser madre soltera con poco o ningún apoyo.
Por eso es menester que de la mano de dicha aprobación vaya la EDUCACIÓN EMOCIONAL E INTEGRAL A LA FAMILIA, especialmente del esposo y padre. De no ser así se puede incluso conseguir un efecto negativo al imponer la lactancia materna a las mujeres, porque hay situaciones distintas, porque no todas contamos con una pareja que protege y un entorno que apoye, porque no todas estamos en la capacidad de poner nuestro cuerpo a la disposición de un bebé que se alimentará en exclusiva no sólo de nuestra leche, sino también de nuestras emociones, realidades, sombras y luces y todo eso despierta en las mujeres después de ser madres y muchas veces hay que ser muy valientes para encararlo. Se puede hacer, pero no solas y sin apoyo.

1 comentario:

  1. Me encanta Janeth lo que escribiste.

    Considero que dar teta no debe depender de leyes... Debe ser de libertad para dar la teta, no de obligación de darla. No es lo mismo dar la teta por placer que por obligación y muchas mujeres no quieren y eso influencia a que no puedan. Otras quieren y no reciben el apoyo necesario. Otras quieren y a pesar del apoyo no pueden, digan lo que digan algunas lactivistas.
    Conozco lactancias que se perdieron porque, a pesar de que la madre quería dar pecho, la presión de enfermeras, comadronas y doctores fue tal que nunca sintieron placer en hacerlo, se sientieron regañadas en lugar de apoyadas, sintieron que la lactancia era un deber y no placer.
    La ley debe estar en informar a los profesionales de la salud, que hoy aún están pésimamente informados sobre la lactancia materna. La ley debe estar en no separar al bebé de la madre, en permitir el contacto piel a piel antes que realizar cualquier procedimiento, la ley debe estar en preguntar si se le da fórmula y de qué manera darla (no es lo mismo con un gotero que con un biberón).
    No se trata de prohibir la fórmula, de satanizarla tampoco, la fórmula puede salvar vidas y puede haber crianza con apego con fórmula. Hasta conozco lactancias mixtas exitosas.
    A veces lo bueno para la madre y el bebé es la fórmula.

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